Después del cagarro que escribí
ayer creo que es bueno tomarse una pausa, no es que piense que el resto es
bueno pero es que lo de ayer clama al cielo. Me he levantado con ganas de
borrarlo, junto con otras cuantas entradas, pero antes de tener el blog escribí
bastantes cosas que se han terminado perdiendo y ahora me da dolor de corazón
perder algo, por malo que sea, porque eso también forma parte de lo que soy. Cierto
es que en mi ánimo está terminar esa historia e incluso, si mi proverbial
vaguería me da un respiro, revisarla para mejorarla en la medida de mis
escasas capacidades.
Y leer lo de ayer me lleva a
pensar en la belleza, algo en lo que tal vez piense demasiado de manera
superficial aunque no lo será tanto cuando la belleza a veces se convierte en
un factor determinante en la vida y sirva como ejemplo que está demostrado que
las personas físicamente atractiva tienen mas posibilidades de conseguir un
trabajo. Aunque no siempre la belleza ayuda para bien, en mi caso, de haber sido
un adolescente atractivo, probablemente ahora estaría casado con la chica que
tanto me gustaba y que se terminó llevando un amigo que, siendo aun más feo que
yo, tenía, y sigue teniendo, el atractivo de esa personas divertidas y que son
capaces de hablar de cualquier cosa y sacar una sonrisa a cualquiera. Pero decía que a veces no
es para bien y lo decía porque esa chica, ahora una mujer madura que parece mi
madre a pesar de ser un año mas joven que yo, no es ni de lejos el tipo de
persona que querría para mi vida. Supongo que en su día me quedé obnubilado por
sus grandes pechos, cosa que ahora tampoco sería de mi agrado porque si ahora
lo considerara un factor determinante de atractivo, que no lo considero, me
inclinaría mas bien por el pecho pequeño que como ventaja tiene además que con
la edad le cuesta mas rendirse a la omnipotente gravedad. Supongo que con el
tiempo depuramos nuestro concepto de belleza y que encontramos atractivas otras
cosas que van mucho mas allá del físico.
Pero no nos engañemos a primavera vista mejor tener un envoltorio bonito. Creo
que las mujeres estáis mas preparadas para ver mas allá del exterior de lo que
lo estamos los hombres pero tampoco creo que nos llevéis demasiada ventaja
porque hablando con amigas termináis, si bien con un lenguaje diferente y sobre
todo meno soez, haciendo referencia a lo que entra en la categoría de tios
buenorros. Todo muy superficial y mas para los que tenemos cierta edad pero
pensad, olvidaros de lo que podáis sentir por una persona u otra en concreto, ¿Qué
chico o chica que conozcáis pero no demasiado os resulta atractiva o atractivo?
Seamos sinceros, la mayoría, hombres y mujeres, iríamos a por el tio o tia
buena, para el que lo es a nuestros ojos que sobre gustos no hay nada escritos.
Tal vez sea una visión demasiado superficial o simplista, tal vez sea incluso
una visión desde la mente machista de un tío en un caluroso día de primavera
pero no creo estar totalmente equivocado. ¿Pero de quién te enamoras? a veces
vale tan solo un gesto de una persona que muestra interés en ti cuando nadie lo
hace, a veces te puedes volver loco por una persona que simplemente fue amable,
a veces te enamoras como un idiota del que ni sabe que existes.
Mi barrio era un lugar donde
había y hay bastantes macarrillas, quien me conoce sabrá que personalmente
cierto toque barriobajero no me falta, y era curioso ver como los macarrillas
resultaban los mas atractivos. Recuerdo que la una de las tías mas buenas del
instituto, la típica mujer perfecta de larga melena rubia y lisa y ojos claros, sacaba siempre
sobresalientes y por si fuera poco estaba en la selección local de baloncesto
se lio con un tio que tenía tres características guapo, macarra y tonto como un
zapato. Ahora después de muchos ha perdido al menos dos de ellas, ya no es
guapo –mucha de su belleza estaba en el pelo que perdió hace tiempo- y tampoco
es macarra, de lo de tonto ciertamente no puedo opinar porque no mantengo
relación alguna con él. La pareja estuvo muchos años juntos hasta que ella
marchó a Argentina para desarrollar su profesión y por cierto ella ahora sigue
siendo igual de rubia pero para mi ha perdido todo su atractivo probablemente
porque después de tantos años de relación se le pegó algo de tontuna. Esta
buena señorita tenía a bien golpearme en el estomago cada lunes, que no solía
estar para bollos después de un finde de fiesta, con el tiempo he llegado a
fantasear con que le resultaba atractivo por alguna razón inconcebible. Suerte
tuve que en su día no era en ella en quien había puesto mis ojos, si no
precisamente en su compañera de pupitre. Supongo que miraba mucho hacia su mesa
y la diosa que era la rubia se pensó que era por ella y al darse cuenta de que
no, se vengaba de la afrenta cada lunes golpeando donde mas dolía. Lo mismo me
dio porque no llegue a nada ni con una ni con otra porque como ya he dicho mas
veces, mas allá de mi carencia total de atractivo, soy un incompetente en el antiquísimo
arte del ligoteo, arte este que ni tan siquiera he llegado a comprender.
Pero iba a hablar de la belleza y
os he soltado otro cagarro que espero sepáis leer con la sonrisa con la que lo
he escrito. La belleza en lo que está escrito no está por fuera, no está en
saber en elegir las palabras que combinan de forma mas bella si no en
transmitir sentimiento. Por eso da igual como se escriba, da igual que se
escriba -a veces incluso lo realmente importante es los ojos que lo leen- la
belleza está en los sentimientos que se trasmiten y en ocasiones así es también
entre las personas. Ayer y otras muchas veces con anterioridad escribí un
cagarro porque no sentía cuando escribía y cuando no se siente, al menos para
las personas con capacidades tan limitadas para la escritura como la mía, es
imposible crear belleza. Y valga también para la vida.
A la mas bella.
Disculpad por otra decepcionante
entrada –esta- y gracias por seguir leyéndome, vuestras visitas son una ilusión
constante.