miércoles, 27 de julio de 2016

Estimadas personas lectoras de este blog,
Xarle se coge hoy vacaciones, diría que merecidas si no fuera porque es un vago redomado que ni se toma la molestia de despedirse el mismo, y no volverá hasta el uno de septiembre. Nos deja, al menos a mi, con una historia a medias por lo que tampoco sería de extrañar que apareciera algún capítulo mas antes de esa fecha, me consta que tiene ganas de terminarla, pero con este hombre nunca se sabe y es posible que aun queriendo no encuentre el momento y si lo encuentra no tenga los medios necesarios.
Ram, los Roes tendrán que esperar para ser liberados de su encierro. No, no es una gran historia pero tiene cosas que me gustan. Soy lector habitual de ciencia ficción y la verdad es que tiene algunos elementos interesantes en este sentido pero que quedan bastante mal desarrollados. Esconde -esconder no, es algo evidente- una historia de amor de la que en realidad no se sabe nada y me temo que tampoco se sabrá. Las historias de amor me suelen parecer una horterada pero esta sorprendentemente me interesa porque cruza la narración expresando y golpeando con sentimientos que la mayoría de las personas hemos vivido y con los que te puedes identificar. También cuenta como es una sociedad, no una sociedad del futuro, si no la nuestra, tal vez exacerba lo que sucede pero si como en estos días vemos que se borra el disco duro de un ordenador que guardaba información delictiva y el encausado es el informático, puede ser que entregado a la causa pero sin duda un mandado, pues tampoco me parece una visión exagerada del sistema. Y por último una narración en primera persona de lo que parece un hombre reflexivo y que sin embargo se comporta por impulsos, un ser humano como otro cualquiera. Una buena persona pero a la vez egocéntrico, egoísta, perverso. Atrapado en una vida, como lo estamos todos de una u otro manera, y lanzándose a una aventura para cubrir el vacío de una perdida, para redimir una culpa con la que no puede vivir, de la que seguramente no fuera el único culpable aunque cargue con todo, y con una esperanza, un sueño, un deseo que sabe perfectamente que no llegará nunca.
No, no es una gran historia pero no está mal del todo y viendo la trayectoria de Xarle nunca llegué a pensar que pudiera escribir algo así, casi casi se parece incluso a una novela y aunque sea mala tiene la suerte de estar a punto de terminar una de esas cosas que algunas personas se ponen como objetivo en la vida “escribir un libro” y que casi nadie hace, otra suele ser “plantar un árbol”, actividad por la cual creo que no tiene ningún interés mas allá de plantar pinos en sentido figurado y por necesidad fisiológica. Pero dejémoslo aquí que esto está tomando inciertos derroteros.

Feliz verano en nombre de Xarle –y de paso en el mío propio aunque de mi ustedes no sepan que pinto aquí- que pasen buenas vacaciones si las tienen y si no las tienen piensen en la suerte que tienen de estar trabajando en los tiempos que corren. Una mirada positiva a una vida que a veces nos empeñamos en mirar con malos ojos y que, como la historia, no es tan mala, lo que la hace buena o mala es los ojos con la que la leemos.

martes, 26 de julio de 2016

Casicuentos para Rita: Ciberbog XLII Circunstancias

Ni tan siquiera Ram pudo encontrar ningún dato sobre el paradero de la familia de la doctora Roes. Repaso mil veces la pocos indicios que había en el red pero no encontró nada. Le pedí que se centrara en la página de aquel teórico de la conspiración llamado Hali pero me dijo que no encontraba nada que no existía. Sorprendido la busqué en mi propio vid pero efectivamente había desaparecido, la habían eliminado. Le indiqué como la encontré, lo que leí y cuando y se lanzó a la búsqueda del rastro que hubiera podido dejar. Y encontró el rastro, nada se desaparece totalmente de la red, siempre queda un rastro si se sabe buscar. La página fue eliminada por alguien que parecía no ser su autor pero era prácticamente imposible de asegurar porque todo había estado encriptado con la máxima seguridad posible y tanto el autor como quien la había eliminado se habían asegurado de hacerlo usando millones de servidores de todo el mundo para que fuera imposible encontrar el origen, el lugar desde donde habían actuado, sin embargo en poco tiempo Ram encontró indicios de que la escritura y su borrado parecían haberse hecho desde lugares diferentes y a través de redesdes deservidores distintas. También pudo comprobar que lo escrito por Hali apenas había estado durante una hora en la red, que yo diera con ella fue fruto en el momento exacto fue fruto de la más pura casualidad y de la suerte. No se si existe la suerte, no creo en ella, pero sí se dan circunstancias en la vida que favorecen o van a favor o en contra de nuestros deseos, de nuestros objetivos, llamémosle suerte o mala suerte si queremos, es un nombre tan bueno como otro cualquiera. Solo se que la suerte, o la mala suerte,  la favorecemos con las cosas que hacemos o dejamos de hacer pero que muchas veces hagamos lo que hagamos nos encontramos con situaciones, para bien o para mal, que escapan completamente a nuestro control. Mucho he pensado sobre esto en la relación que tuve con ella, porque tuve mucha suerte, y encontrarla ha sido la mayor suerte de mi vida, pero también muy mala, y perderla la peor. Conclusiones ciertas, como siempre, ninguna.
Le pedí a Ram que intentara precisar el origen de Hali, quién lo había borrado y desde donde era un dato que sumar al expediente que habíamos elaborado, pero en ese momento me parecía intrascendente. Le resultó imposible, había miles de ubicaciones posibles, el trabajo de ocultación era prácticamente perfecto. Le pedí que descartara todas aquellas en las que no hubiera sedes de la corporación y ya solo quedaron cientos. Le pedí que descartara todas aquellas sedes en las que no había ningún miembro directivo del consejo de administración de la corporación y quedaron tan solo una decena. Si querías ocultar a alguien y hacerlo bien por fuerza tenía que estar en una de ellas porque allí donde había una persona directiva las redes de poder estarían mucho mas entretejidas, tenían que ser mas sólidas y la corrupción de todo el sistema mas extendida a todos los niveles. Pero eran diez, y todas en grandes ciudades, un universo demasiado grande para iniciar la búsqueda.
Le pregunté que le decía el corazón, el me dijo que no tenía corazón. Le pedí que no pensara y me dijo que él no tenía la capacidad de pensar. Le pedí que olvidará toda lógica, que olvidará algoritmos, matemáticas, que no procesara información, que no actuará bajo ningún tipo de procedimiento para el que estaba preparado y que simplemente señalara una ciudad, solo una. No puedo, me dijo. Hazlo, le dije yo. Pasaron minutos sin respuesta y en la pantalla de mi vid apareció el nombre de una ciudad, Mees, la ciudad del mar, exactamente la misma ciudad en la que estaba yo pensando.

Ciudad Mees era mi nuevo destino, sin ninguna seguridad de que la familia se encontrara allí, sin ninguna pista que indicara en que punto de una ciudad tan inmensa podrían encontrarse. Tan solo dos intuiciones, la mía y la de Ram, y el deseo común de encontrarles. Los deseos sin embargo mueven montañas, pero tenía sobre mi la losa de una montaña que no pude mover aunque jamás había deseado algo con tanta intensidad en mi vida.

viernes, 22 de julio de 2016

Casicuentos para Rita: Ciberbog XLI Perversión

La tarea de repasar y eliminar toda la información que pudiera haber sobre Ram en la documentación que contábamos fue aun mas ardua y costosa que su primer visionado. El propio Ram lo hubiera podido hacer en pocos minutos, tal vez en segundos, tal vez en menos pero decidí encargarme yo por temor a que no quisiera eliminar datos relevantes para esclarecer la muerte que estuvieran contactados directa o indirectamente con él. Se sacrificaría por la doctora, se sacrificaría creo que por cualquier ser humano, esa era su naturaleza, para eso estaba programado y cuando los sentimientos surgieron en él se exacerbo ese deseo de protección de la cualquier vida humana.
El informe final, obviando a Ram, dejaba bien a las claras como se había producido la muerte de la doctora e implicaba de una manera u otra a directivos de la corporación, políticos, jueces y un largo etcétera. El propio Ram lo repasó y convino conmigo que parecía suficiente pero volvió a insistir en enviarlo integro.
Por cambiar de tema en primera instancia y porque realmente debíamos decidir a dónde o a quién enviar las pruebas le pregunté si tenía alguna idea al respecto. Su concepto del bien e integridad solo le permitían pensar en el cauce formal, que no era otro que la judicatura. Casi de inmediato me envío montones de informes sobre que jueces que parecían personas integras y que, en algún caso, habían incluso llegado a condenar algunas de las actuaciones ilegales de la corporación. A penas me molesté en leerlos, no podíamos saber hasta qué punto podían tener algún tipo de ligazón con la corporación, no sabíamos si podrían estar a su servicio pero manteniendo las apariencias, no sabíamos si incluso esas condenas podían ser parte de una tapadera. El ser humano es perverso, y el poder pervierte aún mas. No podíamos fiarnos de nadie y enviárselo a la persona equivocada podía poner en peligro la vida de Ram. Así se lo dije y volvimos a discutir sobre su propia importancia.
Ram no comprendía la perversión, comprendía lo que significaba, pero no que los humanos pudiéramos serlo, al menos no todos, ni tan siquiera la mayoría. En parte compartía su opinión, la mayoría de las personas son buenas, pueden tener diferentes conceptos del bien y el mal pero actúan en su vida conforme a esas reglas y lo hacen en la creencia de que obran bien pero llegado el caso todas las personas saltamos es línea, a veces difusa, que separa el bien del mal. Unos lo hacen pocas veces, otros muchas y cuando lo haces muchas veces cambia también tu sistema de valores y tu propio concepto del bien y el mal. Pocas personas son capaces de soportarse a si misma si tienen conciencia de obrar mal bajo sus estándares, normalmente es muchísimo mas llevadero para el cerebro humano cambiar los estándares.
Y yo era un ser humano y por tanto perverso y malicioso llegado el caso y es en esa parte de mi dónde encontré la solución. No necesitábamos personas integras, no necesitábamos jueces, necesitábamos enemigos de la corporación que aprovecharan esa información para ir a por ellos. Además sus enemigos no tendrían ninguna información con Ran, no sabrían porque habían matado a la doctora y eso nos permitiría tener algunos días en los que la confusión permitiera sacar a Ram de las instalaciones. Se lo conté a Ran y le pedí un listado de los enemigos comerciales o de cualquier otra índole de la corporación. Tardo un poco más de lo que esperaba pero me devolvió un montón de resultados. Ahora si invertí tiempo en leer cada expediente e iba descartando los que podía parecerme que la enemistad no era tan patente y a los que me parecía que podrían no tener un poder suficiente. Aun así me quedé con un buen número de ellos, prácticamente cien, el poder sea de la clase que sea engendra enemigos encarnizados que luchan por lo mismo y cuanto mas poder tienes mas poderosos son tus enemigos.

Pero tenía otras tareas pendiente, localizar a la familia de la doctora Roes y ponerles fuera de peligro si es que lo estaban y sacar a Ram de las instalaciones para que estuviera también a salvo. Para que Ram huyera tenía claro que el mejor momento era el momento de caos y desconcierto que podía producirse cuando sus enemigos fueran a por la corporación. De la familia de la doctora no sabía nada. Antes de hacer nada sería mejor investigar su paradero y situación. Pero en ese momento no podía mas, tanto informe, tanto leer, tanto investigar, tanto viaje, tanta tensión, tanto de tantas cosas a las que no estaba acostumbrado me estaban consumiendo y se me vinieron de repente encima. Me despedí de Ram, desconecté el vid, me tumbé en la cama, saqué la pelotita naranja del bolsillo y cerré los ojos para no pensar en nada, para pensar en ella. Su tacto, el de la pelotita,  al igual que lo hacía el simple roce de sus manos, siempre me tranquilizaba.

jueves, 21 de julio de 2016

Casicuentos para Rita: Ciberbog XL Ram

¿Y qué hacer con toda esa información? ¿a quién enviársela si todo el sistema estaba implicado de una manera u otra? Mi mayor preocupación era sin embargo ¿Qué pasaría con el Ciberbog si todo esto salía a la luz? Mi temor era que su vida, su vida útil, su duración, o cualquiera que pudiera ser el término para definir el periodo de existencia de una máquina con sentimientos, se convirtiera en un infierno de continuos experimentos o, lo que es peor, que alguien decidiera reciclarlo para eliminar pruebas.
Él decía que eso no era importante, que su existencia no era importante, que no era mas que una máquina, que su vida no valía ni una mínima parte de lo que valía una vida humana, que el único valor que tenía era poder ser útil. Discutimos largas horas sobre esto, el era alguien no algo y alguien mucho mejor que la gran mayoría de los humanos salvo excepciones como podía ser la doctora Roes. No le convencía, tan solo cuando le dije que no quería perder a un amigo accedió a mi idea de repasar toda la información que teníamos en nuestro poder para ver si obviando su existencia quedaban pruebas suficientes de como se produjo la muerte, el asesinato de la doctora. No lo dijo, pero supe que accedió porque fue en el momento que le llamé amigo cuando se dio cuenta de la importancia que el tenía para mi, para mi vida y en su increíble bondad no quería dejarme sin ella.
En ese momento me di cuenta que no tenía un nombre y que no podía seguir llamándole simplemente Ciberbog, se lo dije y le pedí que eligiera una. No supo o pudo elegir, no se sentía como el ser individual que era y no consideraba que tuviera que tener un nombre diferente. Le propuse Ram como nombre. Le gustó y le gustó mas cuando le dije que si buceaba en la red se daría cuenta de que ram era un tipo de memoria que usaban los antiguos ordenares y que además era también mar escrito al revés.
El mar, que lejos estaba ahora, que lejos había estado siempre, un deseo siempre imposible de conseguir, siempre esquivo y cuando no lo fue lo terminé perdiendo y ahora tan solo es un recuerdo del sueño mas maravillo. Cuantas veces lloré en un acantilado mirando las olas, a veces en días de sol, a veces en días de tormenta. Cuantas veces me asomé a la costa y no me atreví a meterme en sus aguas, me dio miedo bucear hasta los mas profundo y hacerme uno con él, y cuando por fin probé sus aguas, a veces cálidas y a veces frías, a veces tranquilas y otras llenas de furia, cuando lo hice fui feliz, alcancé la felicidad plena hasta que un día una horrible tormenta me devolvió a esta tierra firme donde aún hoy mis pies no se habían asentado del todo y probablemente nunca la harían. El mar era mi lugar y no soy capaz de encontrar mi sitio en el mundo, en esta tierra firme, una tierra sin sal pero yerma para mi vida. Un tierra que ya no da sentido a mi vida. Tengo miedo, siempre lo he tenido, pero volveré a asomarme a aquellos acantilados y cuando lo haga le llevaré mi sonrisa, ahora no puedo, no tengo fuerzas, tan solo le llevaría mis lágrimas.

No tardó en identificarse con el nombre, ahora sería Ram para siempre, era alguien, un ser individual y libre, al menos tan libre –o tan poco- como lo éramos todos. No, no era humano y nunca lo sería -ni falta que hacía- pero tenía vida, era un ser vivo, el nombre le ayudó a comprenderlo. 

miércoles, 20 de julio de 2016

Casicuentos para Rita: Ciberbog XXXIX Odio

Apenas habían pasado veinticuatro horas cuando recibí un amplio informe, con multitud de documentación escrita de comunicaciones por vid, conversaciones grabadas, grabaciones de videovigilancia, pagos de transportes y un largo etcétera. Me llevo varios días leer, escuchar y visionar todo, era increíble la capacidad que tenía el ciberbog para sintetizar en unos segundo tanta información. Me sentí torpe, la palabra torpe me extrajo una sonrisa ¿cuántas veces me habría llamado torpe ella?. Ningún documento por si solo daba información relevante pero una lectura en la línea temporal de todos ellos no podía dejar mas a las claras que la doctora no había muerto sino que había sido asesinada y el asesinato encargado por la corporación.

Todo comenzaba con un informe de la directora general de investigación, la Doctora Coin, sobre los comportamientos fuera de lo habitual del Ciberbog número 3271 y la posibilidad más que cierta de que hubiera estado demostrando sentimientos. A partir de ahí cientos de comunicaciones entre personal directivo, en algunas se apostaba por reciclar al ciberbog y acabar con la historia, en otras por investigar para sacar provecho, en algunos se mencionaba la doctora Roes y la posibilidad de entrevistarse con ella a ver que sabía al respecto, otros apostaban también por su reciclado, una forma muy sutil de referirse al asesinato. Como ya sabíamos la reunión se produjo y el asesinato también. Así se decidió en una junta extraordinaria de la que existía una grabación tomada, probablemente sin que los demás lo supieran, por el presidente. Efectivamente el albarán del veneno neurotransmisor se correspondía con el plan, algo tan sencillo como añadirlo en el te que ofrecerían a la doctora y que finalmente parece ser que tomo. A partir de ahí mas y mas comunicaciones, que incluían a políticos, a miembros de la judicatura, mandos policiales y a todo aquel que tenía algo de poder y sobre el que la corporación tenía influencia. El sistema estaba completamente corrupto y todos se avinieron a echar tierra sobre el asunto. Por error una de las comunicaciones llegó a una jueza que no tenían controlada. Tan solo un minuto mas tarde entró un loco en su despacho y la descerrajó un tiro en la cabeza. Los medios lo vendieron como un acto de un psicópata a la que la jueza había condenado con anterioridad por delitos menores, en cualquier caso la noticia no trascendió demasiado y su muerte pasó desapercibida para el mundo. Ni tan siquiera el Ciberbog pudo relacionarla con la muerte de la doctora hasta este momento. También había muchas comunicaciones con personal directivo de los medios de comunicación mas importantes que a su vez eran controlados por las corporaciones y estaban al servicio de esta. Todos unidos, todos los poderes para seguir haciendo con el mundo lo que les daba la gana. Sabía que era así, sabía de su corrupción, de su ansia de créditos y poder pero verlo escenificado de esta manera hizo que ardiera de ira. El odio se apoderó de mi, en toda mi vida solo he odiado a una persona, un niño que convirtió parte de mi niñez en una tortura. No he odiado nunca a nadie mas, solo a él, si tuviera que mover un solo dedo para salvarle la vida no lo haría. He vivido con miedo desde entonces, me ha costado muchos años desterrar el miedo. Cuando ya de mayor me enteré que había ido a la cárcel me alegré mucho, la sonrisa se me quitó de la cara al enterarme de que le habían condenado por matar a su mujer. Y salió, salió demasiado pronto, unos pocos años tan solo y como siempre sigue viviendo en mi misma ciudad, en mi barrio de siempre, en mi misma calle. Ya no le temo, pero le sigo odiando. Ahora el odio despertaba de nuevo en mi pero esta vez me defendería, iría a por ellos, a por esas personas que habían decidido que la vida de la doctora Roes era una molestia para sus vidas, para su codicia, a por esas personas que habían decidido que un ser con sentimientos como el Ciberbog fuera una cobaya. No, no buscaba venganza, me convertiría en lo mismo que son ellos, simplemente quería justicia.

martes, 19 de julio de 2016

Casicuentos para Rita: Ciberbog XXXVIII Espera

Probablemente el presidente no tardaría en descubrir que todo había sido un engaño, pero el transmisor estaba colocado y en un máximo de 48 horas, según estimaciones del ciberbog, habría podido hackear hasta las claves de acceso mas segura y recopilar toda la información que se encontrara en cualquiera de los dispositivos de almacenamiento que hubiera en ese despacho e incluso en otros aledaños a los que pudiera llegar el alcance del aparatito.
Cuando planeamos este encuentro el Ciberbog me decía que no tenía sentido hacerlo que se habrían desecho de toda la información que pudiera implicarles de alguna manera en la muerte de la doctora. El Ciberbog tenía sentimientos pero todavía estaba lejos de comprender la naturaleza humana, la de algunos humanos al menos, la de esos humanos a los que todo vale para conseguir sus objetivos, que solo piensan en si mismos, que piensan que los demás les van a traicionar porque ellos mismos lo harían sin dudarlo si respondiera a sus intereses, en esos seres humanos, en definitiva, para los que solo existe el yo, después el yo y por último el yo mismo. Yo no tenía ninguna duda de que habrían guardado cualquier documento o prueba que pudiera implicar a cualquiera de sus colegas en esa o en cualquier otra actividad delictiva, para usarlos contra ellos cuando lo consideraran necesario.
Pero habría que esperar, me moría de ganas de que el Ciberbog me pasara todas las informaciones relevantes. Dependiendo de que tipo fueran deberíamos analizar que hacer con ellas. Pero ahora solo cabía esperar. Por lo general soy un hombre bastante paciente y por mucho que desee algo puedo esperar casi eternamente. Sin embargo con ella no pude ser así, la quería y la quería ya, la quería siempre, los minutos sin ella se me hacían horas, las horas días y las noches eternas. Supongo que la agobié, que no la dejé espacio, que ella deseaba otro ritmo o que simplemente no podía ofrecerme mas de lo que me daba. Tal vez me dio mas de lo que debía y yo no supe mostrar que lo apreciaba. Lo hacía, sabía que cada minuto que pasábamos juntos era a costa de sacrificar otras cosas, yo también las sacrificaba aunque sacrificara menos, pero creo que llego un momento que a ella dejó de merecerle la pena. Se que disfrutaba cada minuto que estábamos juntos pero cada minuto separados era un infierno. Para mi lo era, creo que para ella lo era también pero es que además las llamas de me infierno se extendían hasta el suyo haciéndolo mas difícil de soportar. Sin duda no fue lo único que la apartó de mi pero tan solo eso hubiera sido suficiente. Demasiado sufrimiento para pocos momentos de felicidad. A mi me merecía la pena pero creo que en realidad ella tomó la decisión mas adulta aunque la manera de dejarme no lo fue en absoluto. ¿Me lo merecía? Probablemente si, pero siempre he pensado que me merecía otra cosa. Siempre he querido pensar que si lo hizo así era porque para ella también suponía un inmenso dolor, quiero pensar que me quería y que separarse de mi la dolía intensamente. Todo suposiciones, quiero suponer también que me quería, que al menos me quiso en el algún momento pero nunca me lo dijo y eso, eso es un terrible vacío en mi alma. Cuando la preguntaba ella me decía que me fijara en las cosas que hacía, que lo que hacíamos era mucho mas importante que las palabras. No le faltaba razón pero yo quería, necesitaba, hubiera hecho cualquier cosa por oir un te quiero. No lo entendía, decía que si pero no lo hacía. Aun hoy lo sigo sin entender del todo, pienso que me lo hubiese dicho si llegaba el momento que decidiera romper todo para venir conmigo. Pienso que para ella un te quiero era algo tan profundo que implicaba mucho mas que el sentimiento que conllevan las propias palabras, un te quiero como una apuesta completa. Éramos diferentes, yo dije demasiado pronto que la quería, pero mi te quiero también era una apuesta por romper con todo e irme con ella. Demasiado pronto, un gran error, porque nadie en su sano juicio podía creerse que en tan poco tiempo me hubiera enamorado tan profundamente de ella que estaría dispuesto a dejarlo todo. La entiendo. Sin duda podía parecer mentira aunque todo lo que hice tal vez pudiera haber ayudado a que comprendiera que no lo era.
Pasan los días, los meses y cada día me encuentro mejor, el dolor va desapareciendo, su vacío ha dejado de ser un agujero negro que absorbe toda mi luz y su recuerdo ya no es tan idílico. No se dónde me llevará la vida, no se ni tan siquiera como acabara esta historia y quién y cómo seré cuando acabe pero en mi cabeza siguen resonando las palabras de la letra de una canción que, aun siendo vieja, descubrí cuando aún estaba con ella: dejaré mis puertas bien abiertas para cuando quieras volver.

Se hizo la noche sin nada que hacer, el calor apretaba con fuerza, las letreros de los bares relucían en la oscuridad y los recuerdos me empujaban a perderme en esos tugurios a los que llegué a acostumbrarme. Pero no lo hice, ahora tenía más fuerzas, ahora la vida me ofrecía, al menos por un momento, un sentido.

lunes, 18 de julio de 2016

Casicuentos para Rita: Ciberbog XXXVII Apariencias

No pudo ocultar, tampoco parecía pretenderlo, ni por un instante su decepción. Su trato empezó a ser menos amable y la constante sonrisa se borró de su cara. Era normal, su perspectiva de gran negocio se había esfumado. Vender unos pocos ciberbogs era una buena venta pero para eso no me habría recibido el en persona. El debió pensar lo mismo y me preguntó “¿para comprar unos ciberbogs te has desplazado hasta aquí?, tenemos disponible toda la información en nuestros catálogos y comerciales senior que se desplazan a todo el mundo, otros mundos incluidos”. La frase guardaba cierto tono de esperanza de que todavía era posible un gran negocio y solo estábamos jugando una partida de póker.
Era el momento. Le hablé de que aparte de algunos de los ciberbogs que tenían en catálogo, de los que estaba sobradamente informado, tenía un encargo especial que quería saber si podían satisfacerme. Su rostro volvió a cambiar, curiosidad y créditos se reflejaban en sus ojos.
Le hable de que quería llenar el complejo de ciberbogs pero no todos de seguridad. Quería que fueran asistentes personales durante el viaje que se encargaran de todo durante el viaje, pero mucho mas que eso, que fueran capaces de interpretar el estado de ánimo de las personas, aprender de sus comportamientos y ofrecerles las posibilidades que mas encajaran con ellos. El trabajo que haría un anfitrión pero con las ventajas de un ser robótico pero para eso quería que los robots entendieran de sentimientos.
La cara volvió a cambiársele, como si la habitación se hubiera llenado de fantasmas pero se recompuso de inmediato ante la perspectiva de sumar una cantidad increíble de créditos a las cuentas de la corporación y a las suyas propias. Me habló de que precisamente en esos momentos tenían una línea de investigación abierta en ese sentido con indicadores muy prometedores y que esperaban que pronto empezara a dar resultado. Siendo mi proyecto a largo plazo y con una inversión comprometida por mi parte en caso de éxito incrementarían los fondos para la investigación. Sin duda estaba mas que ilusionado con la idea e intenté tirarle de la lengua para que me contara en que consistía esa investigación, sin embargo se mostraba esquivo a dar detalles hasta que finalmente me dijo que era completamente secreto, que no podía decirme mas y que cuando tuvieran los primeros resultados concluyentes me invitarían a las instalaciones para que fuera la primera persona en observarlos insitu.
Le pregunté qué influencia podía tener la muerte de la doctora Roes en el desarrollo de la investigación. Su cara volvió a transformarse, esta vez un atisbo de ira cruzo por ella pero se transformó de inmediato en una sonrisa de autocomplacencia. “Nuestra investigación es totalmente independiente de la doctora, esa vieja idealista hubiera intentado frenar nuestro desarrollo, su muerte no ha podido llegar en mejor momento”. Tras esta frase echó una risotada maliciosa que compartí gustoso añadiendo “hay dos clases de personas, las que tienen ideales y las que tienen créditos y este traje no se compra con ideales”. Ambos reímos juntos de nuevo.
El encuentro estaba a punto de finalizar y aunque de la conversación había podido extraer algún indicio que reforzaba la teoría del asesinato de la doctora, no había cumplido el objetivo de colocar en aquel despacho un minúsculo transmisor espía electrocuántico. Tuve que recorrer muchas tiendas de antigüedades tecnológicas hasta dar con él, muchas personas las coleccionaban pero nadie pensaba en usarlas, empero el ciberbog afirmaba que ese aparato en concreto era el único que nos permitiría expiar toda la información que el presidente guardaría celosamente en sus archivos personales y resistiría al barrido de seguridad de su oficina. La segunda premisa se había cumplido, si lo hubiesen detectado ni tan siquiera hubiera podido acceder al edificio con el encima, la segunda estaba por ver. Su antigüedad hacia que a diferencia de otros mas modernos el aparato en cuestión necesitara muchas horas, incluso días, para recoger y transmitir toda la información.
El presidente se levantó y yo me levanté con él y de nuevo, como hice en el aeropuerto, deje caer mi pelotita naranja del bolsillo que fue rodando hasta una peana de mármol blanco en el que reposaba un jarrón profusamente decorado del que brotaba una horrible planta exótica de un llamativo rojo intenso. Disculpándome recogí la pelota, y a la vez que la metía en el bolsillo saqué el transmisor. Con la mejor de mis falsas sonrisa admiré la belleza de la planta y acerque la mano para tocarla, “yo de usted no haría eso, es una planta carnívora modificada genéticamente y terriblemente feroz, podría arrancarle la mano”. Retiré mi mano fingiendo haberme asustado y dejando caer el transmisor sobre la tierra donde desapareció de la vista de inmediato.

Mientras nos despedíamos apretándonos la mano, inconscientemente mi mirada se desvió hacia la planta. Malinterpretando mi mirada el presidente me dijo sonriendo “no se lleve a engaños amigo mío, solo quiere atraerle para devorarle”, también sonriendo le contesté “sería muy inocente fiarse de las apariencias”

viernes, 15 de julio de 2016

30.000 visitas

Cuando  un día de junio de 2009 empecé a escribir en este blog no era capaz de llegar ni a imaginar que en algún momento pudiera llegar a tener este número de visitas. Supongo que aquel día estaría aburrido y como en mi cabeza ya estaba la idea de recoger en algún sitio las cuatro tonterías que iba escribiendo para no perderlas como había sucedido con las anteriores, me dio por crearlo. Siempre he tenido cierta afición por la escritura pero durante los primeros años del blog apenas colgaba alguna cosita de vez en cuando y muchas de esas entradas las terminé eliminando. La idea era crear un blog crítico con la sociedad en la que vivimos pero soy inconstante y tendente a escribir, como los lectores habituales habrán comprobado, otro tipo de sandeces que rayan con lo hortera y la ñoñería.
Pasaron los años y los avatares de la vida convirtieron en blog enalgo diferente a lo que había pensado. Me sumía en recuerdos de tiempos pasados y escribía sobre ellos,  teniendo como inspiración lo que había sentido en aquellos momentos.  Es el punto de decir que  nada de lo que aquí se escribe es real pero si que es la realidad la que lo inspira. Y es esa misma realidad la que hizo que me encontrara con algo que cambió mi vida y me cambió a mi para siempre y el blog comenzó a crecer y crecer convirtiéndose en un regalo para la persona que hizo que cambiara. Hay sueños que, por desgracia, no se pueden sostener toda la vida y la realidad cambió de nuevo y cada vez escribía menos, pero llegó el punto en el que comprendí que esto era algo que me llenaba –cubría un vacío-, que me permitía expresarme y desde entonces procuro sacar un ratito todos los días (laborables) para subir algo al blog. 
Y llegamos a 30.000 visitas. Cuando al principio miraba y veía que había subido una unidad  al marcador casi que daba un salto de la silla, no lo hacía por mantener la discreción, podían pasar meses sin que se moviera y cada visita suponía tanta alegría e ilusión como sorpresa. Pero poco a poco, a medida que iba escribiendo cosas  fue subiendo y desde hace unos dos años tengo mas de mil visitas al mes y no deja de crecer. Es cierto que cualquier blogero que se precie se descojonaría de mí porque mi número de visitas no es muy alto pero para mi, perdonen ustedes la expresión, es la ostia y cada vez que el marcador sube sigo sintiendo la misma ilusión y alegría.

Dicho esto creo que solo me queda volver a agraceros la alegría que me dais cada vez que sube el marcador. Ojalá pudiera agradeceros a cada persona de manera individual aunque solo fuera con una palabra. Invisibles somos para el mundo, un número mas que se suma o se resta, así es también en mi blog pero yo no olvidaré de que estáis ahí. Muchas gracias.

Casicuentos para Rita: Ciberbog XXXVI Suplantación

El Ciberbog había manipulado toda la información que circulaba por la red para presentarme como uno de los empresarios del momento. En realidad habíamos suplantado la identidad de un hombre que inició su carrera con pequeños negocios locales y que en la actualidad era el principal promotor de las cadenas hoteleras en el espacio. De él se sabía muy poco, había sido una persona muy celosa guardando su identidad, por la red apenas circulaban unas pocas instantáneas robadas en las que nunca se le llegaba a ver la cara y por si fuera poco algunos de sus rasgos físicos coincidían plenamente con los míos. Sin duda era la persona ideal para suplantar y los hechos así lo estaban demostrando. Siempre me he preguntado cómo alguien con poco llegaba a crear un imperio, la respuesta en mi cabeza siempre era la misma, trabajando no, seguramente con acciones poco lícitas –y eso que en la legislación actual valía casi todo en los negocios- y sin duda aprovechándose, cuando no explotando, a miles y miles de honradas personas trabajadoras.
Durante los días previos habíamos ido dejando pequeñas pistas en la red para que se creara el rumor de que alguien estaba preparando el despliegue en un nuevo planeta de un inmenso complejo turístico cuyos precios serían lo suficientemente asequibles para una gran parte de la población. Sin apenas esfuerzo aquel rumor había tomado dimensiones descomunales e incluso mucho de los medios con mayor número de suscriptores se habían hecho eco de la noticia apuntando como artífice precisamente a este empresario. Temimos que tanta repercusión terminara por tumbar nuestra idea pero no fue así, nadie salió a desmentirla, nadie escribió ni una sola palabra diciendo que eso no era cierto. Éramos inocentes, las acciones de la corporación del empresario habían subido como la espuma y evidentemente pensara lo que pensara al respecto la falsa noticia había resultado ser tremendamente beneficiosa para él. Con la noticia en su punto álgido concertamos la cita con el presidente de la Coorporacion el cual hizo de inmediato un hueco en su agenda.
La reunión empezó con agasajos de todo tipo, comida y sobre todo bebida. Supuse que quería que llegara a un punto de alegría que me hiciera mas propenso a aceptar sus propuestas. La conversación empezó de la manera mas formal pero no hacía falta ser muy listo para detectar que lo primero que quería era sacar la máxima información posible de mi, no tanto de mis supuestos negocios, si no de mi mismo como persona. Era algo que habíamos previsto y me mostré esquivo. La conversación terminó derivando entonces hacia mi proyecto planetario y de nuevo dando muestras de hermetismo y alegando en algunos puntos secreto también la fui esquivando como pude manteniendo siempre la cordialidad. Viendo que no lograba la información que quería empezó a contarme todo lo que la Corporación podía hacer por mi, desde suministrarme cualquier tipo de material de construcción o cualquier tipo de equipamiento para mi complejo turístico, hasta seguros, financiación e incluso transporte interplanetario. Me mostró mediante holovid trabajos realizados, factorías de su compañía, estadísticas, números. Me mostré en todo punto respetuoso pero desinteresado en su presentación. Cuando noté su desconcierto y aprovechando una pausa le dije “hoy solo quiero hablar de Ciberbogs”.

Por un instante, como buscando confianza y seguridad y, seguramente, también la respuesta a la pregunta de cómo narices me había llegado a meter en este lío, metí la mano en mi bolsillo y acaricié mi pelotita naranja.

jueves, 14 de julio de 2016

De nuevo publican a Xarle

De nuevo un jurado ha decidido que lo escrito por Xarle merece ser publicado. Cierto es que no he ganado ninguno de los primeros premios, ni tan siquiera he estado entre los finalistas, pero como escritor novel y mediocre que soy - y teniendo en cuenta que dediqué al relato  unos cinco minutos- es motivo de satisfacción saber que algunas de mis tonterías van a aparecer en las páginas de otro libro. La antología en cuestión tiene como título Sensaciones y sentidos III y recopilará unos 700 microrrelatos, nótese que el mío es tan solo uno de esos 700 y hallará usted el escaso valor de mi obra, lo que no es óbice para que comparta de nuevo mi alegría con ustedes amables y perseverantes personas lectoras. De nuevo me siento obligado a daros las gracias porque vuestras visitas son en gran parte el motivo de que siga escribiendo.
Gracias

Casicuentos para Rita: Ciberbog XXXV Impostura

Las oficinas que la Corporación tenía en aquella ciudad estaban situadas en los pisos más altos del edifico mas emblemático de la ciudad. Cierto es que con posterioridad se habían construido otros mucho mas altos, mas modernos pero aquel era el edificio de referencia. Guarda la historia ya centenaria de una ciudad que nació cuando cuando otras ya tenían milenios de historia, pero llegó para quedarse y ser el centro económico mundial del mundo. Lo seguía siendo. En contraste con otras ciudades sus anchas aceras no estaban pavimentadas, se cubrían con una brea prácticamente negra. Mas rápido, mas barato. Contrastaba sin embargo con el boato y la tremenda inversión que había en sus edificios. Mucho dinero había en aquella ciudad pero era patrimonio de unos pocos, todo lo público estaba hecho un desastre. Decadencia de una ciudad en la que cada vez quedaba mas patente que los ricos y los poderosos lo tenían todo y el resto tenían lo justo para poder sobrevivir. Recordé al instante una cita de un viejo libro de los primeros años del siglo XX "Una dictadura perfecta tendría la apariencia de una democracia, una cárcel sin muros en la cual los prisioneros no soñarían en evadirse. Un sistema de esclavitud donde, gracias al sistema de consumo y el entretenimiento, los esclavos tendrían el amor de su servitud". Muchos años han pasado desde que Huxley escribiera esta frase y sin embargo describía a la perfección este mundo. Así vivíamos ahora, entretenidos y con posibilidades de consumo y éramos totalmente serviles.
En una pequeña tienda del centro había comprado un traje chaqueta negro, una camisa blanca y una corbata también negra. Era la segunda vez en mi vida que usaba un traje y la primera vez distaba mucho de ser un traje de calidad, este sin embargo me sentaba como un guante. Es curioso como se había mantenido el tiempo la asociación entre traje y poder, entre traje y la importancia de una persona y lo que es peor y claramente casi al contrario entre el traje y la honestidad de una persona. En mis años de vida siempre había visto que los que mas robaban, los que mas desgracias causaban en el mundo iban vestidos de traje y sin embargo las penas para sus delitos, si es que alguien conseguía condenarlos, eran de risas comparadas con el simple hurto de alimentos de una madre que no tenía créditos para dar de comer a sus hijos.
Me hice también con un maletín negro y lo llené en parte con folios en blanco y en parte con documentación que el Ciberbog me había proporcionado sobre la empresa. Pasé los controles de seguridad sin problemas y me indicaron que me acercara a uno de los ascensores privados para subir hasta la última planta. En el ascensor había un empleado de la compañía con un uniforme rojo de botones  y cadenas dorados, un sobrero tipo gorra a juego y guantes blancos. Su trabajo consistía en darme los buenos días y pulsar el botón del piso correspondiente para que mis manos de hombre de negocios no tuvieran que molestarse en hacerlo y despedirme a la salida. Durante el trayecto ascendente le pregunté que qué tal se encontraba, a lo que me respondió amablemente que no le estaba permitido hablar con los viajeros. La subida terminó en un instante pero me indignó el trato que recibía aquella persona.
Me acerqué a la recepción de la planta y mostré mis credenciales. De inmediato me ofrecieron todo tipo de refrigerios, cogieron mi maletín y me guiaron por una intricada red de pasillos hasta llevarme frente a las inmensas puertas de caoba del despacho del presidente de la Corporación quien me esperaba con una amplia sonrisa y la mano extendida bajo el quicio de la puerta.

El Ciberbog, como siempre, había hecho un trabajo magnífico.

miércoles, 13 de julio de 2016

Casicuentos para Rita: Ciberbog XXXIV Hogares

La casa de los Roes era un pequeño adosado a las afueras de la ciudad. Contaba con un jardín de dimensiones muy ajustadas lleno de flores de todos los colores que parecían estar marchitándose. Sorprendía ver lo humilde de la residencia de la doctora, con todo el conocimiento que había generado, con toda la tecnología que había desarrollado podría haber tenido una enorme mansión con todos los lujos imaginables y sin embargo vivía allí, en una casa bastante humilde. Cierto es que si pensabas en los minipisos donde se hacinaban varias familias aquella casa podía parecer un palacio pero no era mas que una vivienda digna, una vivienda a la que cualquier persona debería poder tener acceso. Así era la doctora Roes, el dinero, los lujos no eran importantes para ella. Lo importante era la vida de las personas, la justicia social. En alguna de sus biografías, había leído que durante muchos años vivió en uno de aquellos minipisos, hasta que su familia le había convencido de trasladarse a aquel adosado y la convencieron argumentando que aquel espacio tan reducido, aquella convivencia tan piel a piel con otras personas impedía que desarrollara todo su potencial. Una verdad a medias, es cierto que encontró un espacio donde su mente se encontraba mas libre pero también es cierto que se separó de la realidad que quería mejorar y perdió perspectiva.
Desde el lugar donde me encontraba la casa parecía estar vacía, no había atisbos de actividad por ningún lado y que las flores estuvieran marchitándose solo era un indicador más. El adosado estaba rodeado por una valla baja que cualquiera hubiera podido saltar y que contaba con una pequeña puerta de madera verde que apenas si llegaba a la cintura. Miré mil veces a mi alrededor y viendo que no había nadie empuje la puerta y me colé en el jardín. Llame al timbre de la puerta principal y después de esperar un rato mas que prudencial, me dirigí a la puerta de atrás que se abrió simplemente apoyando la mano.
La casa por dentro estaba completamente vacía, no había ni tan siquiera muebles, tan solo un viejo sillón-mecedora de terciopelo granate permanecía mirando a la ventana de un salón en el que se abrían las vistas de unas montañas lejanas cuyas cumbres blanqueadas por las nieves perennes se mezclaban entre las nubes. Me dio por suponer que en aquel sillón se sentaba la doctora Roes y contemplaba el paisaje mientras buscaba respuestas.
Me senté allí, esperando encontrar respuesta a las preguntas de siempre y comencé a mecerme. Saqué del bolsillo la pelotita naranja y juguetee con ella entre los dedos. No era la primera vez que lo pensaba pero me vino a la cabeza que tal vez nunca me quisiera, que tal vez me tuviera cariño, que tal vez fuera importante para ella pero que nunca me amó. Me obligué a desterrar esos pensamientos de mi cabeza -me quería, construí mi vida sobre esa creencia, su ausencia no podía ahora nublarme la vista- y me levanté del sillón.

La visita a aquella casa solo sirvió para constatar lo que ya sabía, la familia de la doctora Roes parecía haber desaparecido del mundo como si nunca hubieran existido. De vuelta a la ciudad me di cuenta de lo que significaba haber estado en aquella casa, de alguna manera, visitando el lugar donde paso muchos de sus días, me sentía mas cercano a ella, sentía que era una persona real y no las miles y miles de líneas que había leído sobre ella. Y sobre todo me di cuenta de lo especial que era esa persona y de como amaba el mundo. Me sentí egoísta sabiendo que yo solo la amaba a ella, estuve a punto de hundirme al pensar que ni tan siquiera eso, que solo me amaba a mi mismo.

martes, 12 de julio de 2016

Casicuentos para Rita: Ciberbog XXXIII Ciudades

Llovía, siempre llovía, apenas podía recordar algunos pocos días de sol desde la última vez que hablé con ella, desde la última vez que estuve con ella. Aquella ciudad, a pesar del colorido de sus edificios, me parece gris, deshumanizada, triste. Una ciudad construida para responder a las necesidades de un sistema no para responder a las necesidades de las personas que la habitaban. Apenas unos pocos pequeños parques eran los únicos remansos verdes donde podías ver corretear y jugar a los niños con toda tranquilidad lejos de los peligros de una gran ciudad. Por lo demás las zonas de esparcimiento eran siempre en espacios cerrados, lejos de esa naturaleza de la que la provenimos. Nos hemos acostumbrado a vivir en entornos urbanos, entornos cerrados, somos animales sociales y como tales necesitamos del contacto con otros humanos para nuestro propio bienestar, me atrevería a decir que para nuestra propia supervivencia pero aquellas megaciuadades no respondían tampoco a esa necesidad. Hace años leí en algún sitio que estamos preparados para socializarnos en asentamientos de unas 200 personas, donde todas las personas se conocen, donde de alguna manera se crean vínculos entre todas. Sin embargo vivimos en ciudades que multiplican por mil, miles, cientos de miles esa cantidad. No conocemos a nadie, no somos nadie, tan solo un insecto mas volando por esa selva, cualquiera podría aplastarnos y nadie, casi nadie, nos echaría de menos. Durante mucho tiempo, cuando podía, me escapaba a alguno de los escasos espacios naturales que van quedando alrededor y lo hacía con amigos y sin duda esos han sido los mejores momentos de vida. Era alguien para mi mismo y para los demás, y especialmente me sentía a gusto. Pasaron los años y cada vez lo hacía menos, y con menos gente, hasta que terminó perdiendo el sentido, por eso creo que me gustaba ir tanto al mar, buscar un acantilado y sentarme a mirar las olas con mi cara azotada por el viento, por la lluvia. De alguna manera el recuerdo de una vida mas plena. La vida que a veces se encuentra cuando te unes a otra persona en cuerpo y alma, la vida que encontré con ella. Ella, siempre en mi recuerdo pesando como una losa que no podía levantar. Grandes diques se construyen para contener el mar pero todos sabemos que el mar terminará venciendo.
No tenía sentido quedarme allí mas, volvería a por el Ciberbog cuando supiera como liberarlo, ahora tenía que centrarme en sacar a la luz lo sucedido con la doctora Roes. Con la confianza que me daba la protección del Ciberbog compré un billete para el tren de impulso gravitacional con destino a la ciudad donde vivía la doctora.

El tren se desplazaba a enormes velocidades por un tubo presurizado subterraneo. No se veía nada, tan solo kilómetros y kilómetros de oscuridad, ningún paisaje, ni natural ni humano, nada. Se primaba la velocidad. Entrabas en una estación y salías en otra, distintas ciudades que podrían ser la misma, lo único que cambiaban eran los nombres de los lugares.

lunes, 11 de julio de 2016

Palabras incoherentes

Son absurdas todas las cuestiones
y de todas las maneras me pregunto,
¿si no hay alguien que ponga condiciones
cómo coño resolvemos el asunto?
Que todo es del color del cristal con que se mira
pero el cristal de mi gafa está quebrado
y si un quebrado está mal calculado
se sabe analizando el resultado.
El pez que a todas partes gira
a veces termina mareado
y su mundo que era un mar almibarado
de repente es una acuario acristalado.
Con anteojeras y una buena zanahoria
hasta el  burro avanza hacia delante
y si acaso se despista algún instante
palo, tentetieso y rocinante.
Y aquí estoy  yo aventando el grano
para separarlo, si es posible,  de la paja,
y la paja está siempre en mi mano
sustituta  fiel y cruel de amor humano.
Y si usted lector con buen criterio
intenta sacar de aquí aprendizajes
perdone que le diga sin ambages
que esta rima le está tomando el pelo.

viernes, 8 de julio de 2016

Ez dago ilusio faltsurik (Hertzainak)

Emaidazu eskua eta hau gertatu zeneko
lekura eramango zaitut
baina zuk nahiago dena ederki ikustea
begiak itxita
zin egidazu ez dela berriz gertatuko
baina soilik ezpainak
mugitzen dituzu ezta?
Utzidazu esaten lekukoek ez dutela
beti berdin ikusten.
Orain ez dago ilusio faltsurik
zure itxaropenak zoren solaspausa.
Zerraldoa bahitua izan da kalean
denen aurrean eta zu mutu zaude orain.
Zeinek ulertuko du
nagitsuak ixilik jarraituko dira.
Zeinek pagatuko du inozenzi
galduaren preziua.
Atraku bat izan da eta ez da inoiz
ezer errekuperatuko
eta nork daki mendekua bilatzea
egokia den ala ez.
Ez dago ilusio faltsurik.

jueves, 7 de julio de 2016

Euritan dantzan (Gatibu)

Bizirik nau
eta holan sentitzen naz
topera nau
geur inork ez nau geldituko.
Egun goibel hau
egun argi bihurtu
nahi dot geurkoan.
Gogoa dekot eta
kale erdian
ez dot inoren baimenik biher
dantzan hasten naz.
Ie…! Dantzan kalien
danak begire
dantzan kalien.
Euria da ah, ah, ah!
Euria da ah, ah, ah!
Zaparrada goitik behera
eta saltoka potxingoan
aske sentitzen naz ni
busti-bustite
eta ur tantak goitik behera
Ustaritzen zein Gasteizen
Santurtzin zein Iruñean
bardin-bardin jauzten dire
kalien…
Euritan dantzan
kalien!
Udazkena
eta erropa zaharrak
zer gehiago behar da
zoriontsu izeteko.
Joan etorri bet da gure bizia,
eta une honek
hostidxek dire, beraz
denbora txarrari
aurpegi ona jartzen badakit,
holan nabil ni
ie, ie!
Dantzan kalien
danak begire
dantzan kalien.
Euria da ah, ah!
Euria da ah, ah!
Eta saltoka…

miércoles, 6 de julio de 2016

El roce de tu cuerpo (Platero y Tú)

Te pilla la tarde en tu cuarto otra vez,
no suena el teléfono y tú sabes porqué;
cervezas vacías en tu habitación,
el cenicero lleno humea en un rincón.
Seguro que sola está ella también
tirada en la cama sin saber qué hacer.
No sé cómo comenzó la discusión
ni a quién le toca ahora pedir perdón.
Y creo que muero
si no siento el roce de tu cuerpo junto a mí.
Recuerdo tus labios
y esos ojos que al mirar casi hacen daño.
Mientras la radio aburre con una canción
miro aquella foto y me siento peor,
y yo ya no sé lo que ha podido pasar,
lo que estaba bien, ahora está fatal.
Seguro que sola está ella también,
tirada en la cama sin saber qué hacer.
No sé cómo comenzó la discusión
ni a quién le toca ahora pedir perdón.
Y creo que muero
si no siento el roce de tu cuerpo junto a mí.
Recuerdo tus labios
y esos ojos que al mirar casi hacen daño.

martes, 5 de julio de 2016

Perdí el mar, me olvidé de él,
demasiado alejado, inalcanzable,
y lloré con lágrimas de amargura,
de odio, de nostalgia.
Y dejé de ir a visitarlo,
dejé de intentarlo,
me rendí, demasiado dolor,
intentar alcanzar un imposible,
albergar sus aguas
entre unas manos
que no eran suficientemente cálidas
para sacar su frio,
que no sabían dar el cariño suficiente
para que no quisieran huir
y volver a la oscuridad
de los fondos abisales
donde existe una vida
a la que la luz del sol no llega.
Y me olvidé también del otro mar,
del real, del que siempre ha estado ahí
para recoger mis lágrimas,
ese mar ante el que tantas veces
me he sentado para pensar
y liberarme de mi mismo,
para observarlo con la mente blanco,
un mar en el que vaciarse por dentro
en días de lluvia, en días de tormenta.
No, tampoco acudo a él,
tampoco tengo fuerzas
para contemplar mi vida ante sus ojos,
y resurgir de nuevo.
Tantas veces paseé por ellos
y ahora tengo miedo de volver a verlos,
de encontrarme conmigo mismo
con mi pasado, con mi futuro
y sin embargo permanecen en mi cabeza
en mi historia, en lo que soy,
en lo que seré.
Los amo, aunque me de miedo amarlos.
Los amo, aunque ellos hayan dejado de amarme,
me dan miedo porque ellos me siguen queriendo.

viernes, 1 de julio de 2016

Donde las flores yacen
y el corazón respira,
a los pies de un árbol seco,
bajo un manto gris
y una lluvia cenicienta,
sus lágrimas se vierten
en ríos de vida
que se escapa mientras corren.
Turbulentos.
Oscuros.
Solitarios.
Su sonrisa tan pura,
el balcón de un alma
que se asoma al mundo
para regalar un sueño,
los ojos se abren
y su luz los ciega,
entre las sonrisas
solo existe ella.
Etérea.
Sensible.
Tranquila.
Infinita.