lunes, 30 de noviembre de 2015

En aquel pequeño atracadero, con los pies colgando sobre unas aguas esmeralda, mi piedra y mi color, en el ocaso de un día, otro día más que deseaba que pasara para huir de aquel paraíso de luz y calor que hasta aquel año llamaba mi segunda casa. Había dejado de serlo, ya no lo sería nunca porque mi hogar estaba donde tu estuvieras y lejos de ti ya todo era gris, triste y silencioso, como lo es ahora, como lo empezó a ser cuando me llego el desahucio.
Volví al año siguiente, volví porque tenía que volver, volví porque es complicado romper con el pasado. Volví después de una gran tormenta, tal vez la última tormenta. Fui mas tarde de lo planeado, lo retrasé todo lo que pude esperando que llegara una calma que nunca llegó, que aún no ha llegado, una calma que aun sigo esperando. No pisé el atracadero, apenas toqué ese mar de azules verdosos, apenas puse mis pies en la playas de un paraíso que había dejado de serlo. Muchos años después sentí el frio en aquella isla y hasta el tiempo parecía que acompañaba mis sentimientos. Lluvia, mas lluvia y apenas veinte grados, algo insólito en los veranos del Mediterraneo. Tal vez Mari hubiera decidido visitar la Tramuntana, tal vez me hubiera seguido con su carro de fuego para tomarse un descanso. Mari, la “diosa” de los vascos, la dama de Amboto, la señora de las tormentas… Sin duda me acompaño en ese viaje.
Y la busqué en aquella sierra que recoge su nombre de los vientos del norte, quería hablar con ella para contarle mis secretos, mis penas, mis sueños. Entre lluvia y niebla no pude encontrarla pero descubrí un paraje bello, un refugio de roca sobré el mar, una atalaya desde la que contemplar el mar, un lugar solitario por el cual probablemente jamás volverá a pasar nadie porque no hay caminos que lleven hasta él. Y allí me dormí a pesar del frio, allí me dormí a pesar de estar calado hasta los huesos. Allí me dormí y desperté sin sueños, desperté sin nada, me desperté sin ser nada. Tan solo una sombra que vaga persiguiendo tormentas porque el sol solo lo encontraré contigo.

viernes, 27 de noviembre de 2015

Me acabo de comer una palmera de chocolate!!!!! Ummmmmmmmmm me encanta el chocolate, es algo que me pierde, todos los días tengo que comer algo de chocolate.  Dicen por ahí que es un sustitutivo del sexo y la verdad es que en cierta manera lo creo. Pero si sumamos todo el chocolate que como y el ritmo masturbatorio que llevo pues igual debería plantearme si es normal tener un deseo o una necesidad sexual tan constante y obsesiva. Menos mal que tengo a mis amigos, que son al menos tan cerdos como yo, y entiendo que es algo que nos pasa todos o casi todos, si no, la verdad es que sería para empezar a preocuparse.
He comido en la mesa de curro y alguna miguita se ha desperdigado y me he descubierto buscando los cachitos de chocolate que pudieran haber caído y cogiéndolos con los dedos para no perder ni un miligramo. Y te das cuenta luego de la imagen patética que supone, solo me hubiera faltado acercar los morros y absorber las migas como un aspirador. Lo malo es que tal vez si hubiera estado solo lo hubiera hecho y no sería la primera vez! Me traía la imagen de alguien metiéndose una raya de coca, adicto total. He tomado la firme determinación de no volver a repetirlo pero la carne es débil y a veces no se puede evitar caer en las tentaciones y el deseo.
La palmera la he comprado en una panadería de que aquí abajo, me ha atendido una panadera que está más buena que el pan –¡dios!, que lo del sexo si que va a ser un problema-. Y según me ha visto entrar me ha dicho la frasecita de todos los días “¿ya vienes a por el vicio eh?”. Siempre sonrío,  a veces, muy pocas, le digo alguna tontería si se me ocurre pero normalmente me quedo solo con la sonrisa y pido mi palmera.  Soy tímido, aunque se que muchas veces no lo parece, muy tímido diría y además las chicas guapas me imponen y mas si me vacilan. Pero a pesar de todo llevo unos meses que no falto a la cita con mi palmera.
Pero estoy empezando a dejarlo. No porque me vacilen, no porque sea patética la avidez con que la devoro, ni mucho menos porque tenga que ver con algún sórdido comportamiento o frustración sexual, lo estoy dejando porque los dibujos de algunas camisetas que tengo parece que están en tres dimensiones. Vale que el efecto óptico en algunas es bien curioso pero cuando te la quitas y percibes que cada día ves menos parte de tus pies te das cuenta que lo de la palmerita se está convirtiendo en un problema. Dicho sea de paso, dónde digo pies podría decir pene, pero lo que me faltaba ya para que me tuvierais por un obseso sexual. Aunque si confieso la verdad es la parte que mas me preocupa no ver y uno tampoco anda tan servido como para que no importe el volumen que adquiera la barriga.
El caso es que se está convirtiendo en un problema estético. En general soy bastante larguirucho, de hecho tengo bastante parecido con un poste de teléfonos, en este caso con un poste de teléfono embarazado si tal aberración de la naturaleza fuera posible. Y uno es feo pero le gusta ir mono o por lo menos que la ropa le siente bien. Bastante sustos me llevo al salir de la ducha y verme desnudo en el espejo como para perder también la dignidad vestido. Pero bueno no os creías tampoco que doy demasiada importancia a mi físico, aunque se la doy bastante mas que antes, pero vernos bien de aspecto siempre ayuda con la autoestima y el autoconcepto. ¿Que es una tontería?, pues si. ¿Que tendría que madurar en eso?, pues también, pero con estos mimbres tenemos  que tejer el cesto.

Pues eso, que voy a dejar lo de la palmerita. Miedo me da, porque si realmente es un sustitutivo del sexo ni mi imagino el ritmo frenético en el que voy a entrar ahora, voy a parecer un mono en celo. Pero bueno con el ejercicio también se baja tripa, así que lo tomaré como un beneficio añadido. Si echará brazo ya sería la ostia, aunque pensándolo bien el derecho estaría mucho mas desarrollado que el izquierdo y si hay una cosa que tengo clara es que la belleza está en la proporcionalidad y en que todas las piezas encajen. A ver si me explico… tu haces un collage cogiendo recortes de fotos de las mejores partes de los tíos o las tías famosas y te sale un engendro porque no encajan, porque no tienen armonía y porque la belleza es mucho mas que un conjunto de partes bonitas.  Pero estoy hablando de belleza física porque otras bellezas se ven mejor con los ojos cerrados. Así que voy a cerrar un ratito estos ojitos de batracio que dios, o mejor dicho, la meiosis celular me ha dado y pensar en ti. Espero que me permitas o por lo menos que no te moleste que siga disfrutando de esta manera de tu belleza.

jueves, 26 de noviembre de 2015

Viajo en una furgoneta, los paisajes se dibujan difuminados por una suave llovizna que dejando sus gotas en los cristales como esas lágrimas dejaron sus gotas en mi rostro. La niebla cubre los verdes valles donde desborda la vida,  las montes asoman poderosos, como protegiendo lo que albergan en faldas,  y al fondo el mar, un mar que desde tan lejos parece extrañamente en calma pero que está furioso, embravecido. Ese mar que tanto me gusta, ese mar que tanto amo.
Las ruedas devoran los kilómetros y me invade la necesidad de caminar, de pasear por aquel paraje de luces grises y sombras blancas. Volveré un día. Volveré para mezclarme entre la niebla, para sentir esa vida, para sentir el poder de las montañas y para el ver mar, para sentirlo, para llevarle una historia y escuchar los silencios de sus olas rompiendo.
Y así pasa la vida, como en una furgoneta, queriendo llegar rápido a un destino que tal vez no sea el que buscamos ni el que queremos y perdiendo la oportunidad de vivir el camino. Hemos dejado de caminar para ser solo pasajeros de la vida.  Y así me siento hoy, pasajero de una vida que tal vez me lleve a donde no deseo y lo soy porque quise viajar demasiado rápido para llegar al destino con el que había soñado toda la vida. Me equivocaba, no había soñado con el destino, mi sueño era el camino, mi sueño era pasearlo, zambullirme en él, en sus maravillosos paisajes, en sus luces, en sus sombras, congelarme con su nieve y derretirme con su calor, disfrutar de los brotes verdes en primavera y de los ocres y los naranjas del otoño. No había un destino, tan solo un camino que empezaba y que era imposible saber a dónde llevaba, el camino con el que había soñado. Y caminé pero a ratos quise ir demasiado rápido, demasiado rápido para mí y sobre todo demasiado rápido para quién había decidido acompañarme.
De vuelta en la furgoneta, ha dejado de llover, las nieblas se han despejado y haces de luz escapan entre las nubes. El paisaje sigue siendo bello, uno de esos lugares que destacan entre miles por su hermosura, pero no ya no veo el mar, ahora queda en mi espalda. He llegado prácticamente hasta la costa, a un precioso pueblo con playa, con puerto y de gentes tan secas como amables pero  me he vuelto sin ver el mar de cerca y no le he contado mi historia. Hoy tan solo era un pasajero de un viaje obligado, tal vez un día vuelva para perderme en aquel lugar, para elegir los caminos según se vayan cruzando, para tumbarme en sus praderas a descansar, para mirar en lo más oscuro de la noche un cielo plagado de estrellas. Es posible que  así nunca llegue a encontrarme con el mar, tal vez así nunca llegue a compartir con él mi historia, pero habré disfrutado, habré vivido lentamente y paladeado cada instante, como paladeaba cada instante en el que caminabas conmigo. Viviendo rápido se viven mas cosas pero el secreto de la vida no está en el número de cosas que se viven sino en la intensidad con la que vivimos cada momento. No habrá destinos pero en mis anhelos siempre estará el mar y en mis sueños caminar hasta él contigo.

miércoles, 25 de noviembre de 2015

Casicuentos para Rita: de las niñas que no quieren ser solo princesas y los niños que solo pueden ser bomberos

Aquella niña tenía su cuarto pintado de rosa, de las paredes colgaban cuadros de esbeltas princesas con espectaculares peinados, ojos azules o verdes  preciosos e inmensos  y vestidas con hermosos vestidos de largo rosas, tenía miles de cuentos de princesas y escondido en el armario tenía un telescopio. Ella tenía el pelo largo y hermoso, sus ojos también eran verdes precios e inmensos,  mucha de su ropa también era rosa pero cuando se miraba al espejo no veía una princesa.
Aquel niño tenía su cuarto pintado de azul, las baldas de sus armarios estaban llenas de figuritas de monstruos,  la mayoría de ellos muy feos pero de un aspecto amable y casi cariñoso, tenía cuentos de miedo, de esos cuentos inocentes que empiezan a enseñar lo que es el miedo y escondido en el armario tenía un mallot y unas zapatillas de ballet. Él era lo contrario a un monstruo, sus inmensos ojos azules eran simplemente arrebatadores, su pelo era rubio rizoso y tal vez un poco rebelde, y tenía una cara en la que se reflejaba bondad con bastantes dosis de picardía.
A ella le gustaban las estrellas, la luna, el espacio y cuando nadie la veía sacaba su telescopio y miraba por él. Era demasiado pequeña para decir que estaba investigando, pero en el fondo era lo que estaba haciendo. Sin saberlo aprendía de lo que veía e investigaba un mundo nuevo y completamente desconocido.
A el le gustaba bailar, moverse con gracilidad al compás de la música y cuando nadie le veía sacaba su mallot y sus zapatillas y danzaba. Danzaba sin parar hasta acabar agotado. Era demasiado pequeño para decir que expresaba sus sentimientos a través de la danza pero en el fondo era lo que lo hacía. Sin saberlo sus movimientos sus movimientos eran puro sentimiento, puro arte.
Pero las niñas quieren ser princesas y los niños bomberos. No es que lo quieran, pero aprenden a quererlo. Desde el mismo nacimiento preguntamos si es niño o niña y nos imaginamos una vida para ellos basándonos tan solo en su sexo. Siendo bebes les vestimos de rosa o azul, cuando crecen les regalamos muñecas o balones, cuentos de princesas o de héroes. Y con todo el mundo presionando –la familia, los amigos, la televisión… y hasta los desconocidos- les encaminamos hacia la belleza o hacia la valentía.
La niña se hizo mayor. Estudio y estudio. Muchas noches durmiendo poco, muchas noches mirando a las estrellas y muchas mañanas arreglándose delante del espejo. Con los años consiguió un trabajo de investigadora en un observatorio. Y fue feliz aunque odiaba perder una hora todos los días poniéndose guapa.
El niño se hizo mayor. Y dejó de bailar. También estudio pero estudio menos. Los monstruos ya no le daban ningún miedo, era un joven valiente que arriesgaría su vida por los demás. Con el tiempo sacó un plaza de bombero y se dedicó a ello toda su vida. Y fue feliz aunque siempre echaba algo en falta, echaba en falta la danza.

martes, 24 de noviembre de 2015

Cartas que nunca voy a enviarte......

Es curioso como en las personas que me parecen bellas encuentro siempre cosas que me recuerdan a ti. Empecé a darme cuenta en lo meramente físico pero no hace mucho lo empecé a ver también en la forma de ser. Tal vez me resulte mas sencillo explicarlo con la parte física, de repente me encuentro pensando que esa sonrisa tan deslumbrante se parece a la tuya, o que esos ojos tan bonitos están un poco rasgados como lo tuyos, o que la nariz, los labios, el pelo o cualquier otra cosa se parecen a los tuyos. A veces veo como viste una persona y pienso que se parece el estilo. Y me pasa lo mismo con la manera de ser, cuando una persona se ríe de cosas que se que te harían gracia, cuando veo que una persona reaccionaría como tú lo harías, cuando veo que una persona opina cosas desde el mismo punto de vista en que tú lo harías. Y mil detalles mas, algunos difíciles de explicar y otros que no quiero que nadie lea salvo tú. Veo la belleza de otras personas y siempre pienso en la tuya y de alguna extraña manera hasta las personas mas bellas salen perdiendo en la comparativa.
Supongo que a ti ha dejado de pasarte pero yo te sigo viendo muchas veces. Ya sabes a lo que me refiero, recuerdo un día que viste a un chico con unos pantalones cortos verdes y pensaste que tal vez fuera yo. A mi me sigue pasando y cada vez que me pasa se me agita el corazón, me pongo nervioso y tengo la necesidad compulsiva de intentar ver mejor a esa persona para saber si eres o no eres tú. Es cierto que me pasa mas cuando estoy en tu pueblo pero también me ha pasado a cientos de kilómetros, en lugares en los que simplemente era imposible que estuvieras.
Supongo que en ambas cosas, en ver tu belleza en otras personas y en creer verte, tiene mas que ver el deseo que la realidad. Lo que queremos a veces hace que veamos cosas que no se corresponden con la realidad. Un día te hablé de la prueba de doble cero. Se pasan experimentos a otros investigadores que no saben nada de ellos y con los datos justos para ver si encuentran los mismos resultados. Esto se hace porque hace tiempo que se sabe que es más probable encontrar un resultado cuando estás buscando ese resultado. Y esto no solo es así en ciencia, es una característica humana  queremos encontrar lo que buscamos y lo encontramos incluso por encima de lo que dicen nuestros sentidos, por encima de lo que dice la realidad. Si lo piensas es algo bello también pero no deja de ser un autoengaño. Incluso a veces preguntamos a terceras personas sobre cosas que vemos, que creemos y si no nos dan la respuesta que queremos incluso llegamos a enfadarnos. La respuestas de otras personas también están condicionadas por sus vivencias por lo que es difícil saber en quien confiar en cada caso. No somos experimentos, somos personas y la objetivad se tiñe de la subjetividad del otro. En cualquier caso la opinión del otro suele ser menos subjetiva que la nuestra. En cualquier caso la opinión del otro siempre estará condicionada por lo que le contemos, por nuestra versión de la película y porque si le estamos contando algo importante será porque confiamos en ella y ella probablemente condicione también su respuesta al cariño y confianza que nos tenga. No somos experimentos y tampoco somos científicos. Errar es humano, errar es bello en cierta manera pero no nos permitimos el error. Algunas personas mas que otras pero en general queremos ser perfectos, sin mácula y sin embargo errar también significa que somos humanos. Tenemos que aprender de los errores y no flagelarnos tanto por ello y creo que a tu y yo nos centramos demasiado en nuestros errores, queremos ser perfectos y no lo somos.
Otra vez que empiezo a escribir y termina saliendo lo que le da la gana.  He empezado escribir esto porque ayer vi a una actriz de esas guapísimas que me recordaba mucho a ti. Me fijé mucho en ella y al final me di cuenta de que en rasgos físicos no se parecía nada a ti, simplemente en las dos habitaba mi idea de lo que es bello, me idea de la belleza.

lunes, 23 de noviembre de 2015

Se escapan los días de esta mierda vida,
y en las nubes de este invierno que llega
se dibujan tan solo recuerdos de días pasados,
historias de vida que fueron un sueño.
Me pierdo en el mundo buscando sonrisas,
ninguna jamás  será tan perfecta,
tan solo la tuya podrá ya enamorarme
aunque encuentre en todas atisbos de ella.
Se olvidan los días de mares en calma,
y observo las nieves blanqueando la playa
igual que las canas blanquean mi pelo,
lloro al pensar que han venido a quedarse.
Y en aquellos andares te veo moverte,
y en ese vestido imagino tu cuerpo,
y en un mar de caras contemplo tu rostro…
te veo siempre porque quiero verte.
Subido a esta cima que ya no existe
el viento me quema una piel que ya no es tan blanca,
no veo un camino que se esconde en niebla,
el camino de vuelta a un lugar que no existe.
Y en los rostros de otros contemplo tus ojos,
y de otros brazos asoman tus manos,
no miran, ni abrazan porque no son los tuyos
tan solo espejismos de un oasis perdido.
En noches y arena espero perdido,
las estrellas ahora apagan sus luces,
cada paso es mas duro y a la vez mas liviano,
en cada paso el milagro es aun mas lejano.
Y esta mierda de vida se me va apagando
en un sinsentido que devora ilusiones,
el viaje a un espacio infinito lleno de vacío,
hasta que polvo estelar descanse en la tierra.

Isla de cielo (Doctor Deseo)

https://www.youtube.com/watch?v=EFXIGq4ea2E

Es tu mirada el silencio que calma mis dudas
isla de cielo, tormentas que en tu puerto he de olvidar
maldigo el mundo a sus garras a esta mentira que mata
hazme un hueco entre sueños para esconderme en tu cuerpo

Nado en las aguas que me dibujas
dulces engaños tejen las redes
y en la distancia llegó el recuerdo,
esa niña inquieta que me roba el sueño
que oculta una guerra tras sus ojos claros.
Amor brujo que, a la suerte debo,
complicado enigma de un tesoro y su playa...

Sabes que esta noche has salpicado mis sueños
que aceleras mi mente y que inundas mi imaginación

viernes, 20 de noviembre de 2015

Microcuentos para Rita: puntos de vista

Desde la azotea de un rascacielos las personas que pasean por la calle parecen muy muy pequeñitas y si es muy alto parecen casi un punto, algo insignificante. ¿Os habéis parado a pensar que si miran hacia arriba os verán exactamente igual, pequeñitas y casi insignificantes? Si queremos ver como son realmente las personas y que ellas puedan ver cómo somos nosotros nos tenemos que situar siempre en el mismo plano. 



P.D. : El cuento sigue en deuda

jueves, 19 de noviembre de 2015

Hoy me había levantado con ganas de escribir algo bonito. Es un día especial, un día de celebración, no para mi en concreto pero lo es. Pero hay personas que te joden el día y de paso la semana. Ayer ya tuve una soba y sumada a la que he tenido hoy pues me han quitado la sonrisa para todo el puto día. A veces metes la pata y hay que reconocerlo, no es que lo pase bien cuando se que la he cagado pero reconocerlo es el primer paso para no volver a cometer el mismo error. Lo que me jode es cuando te vienen los listillos que te dicen que lo que has hecho está mal porque no has hecho lo que ellos querían ni como ellos querían y encima se creen con derecho a decírtelo cuando no son nadie para hacerlo y no tienen absolutamente ningún derecho. Me amargan el día joder. Me lo amargan y me quitan la sonrisa de la boca. Ya se que yo soy el primero en equivocarme y se que a veces juzgo sin saber lo suficiente pero ostias lo de algunas personas es que es increíble y mas cuando lo hacen desde una posición de poder y superioridad y poniéndote en cierta manera bajo amenaza. Y luego como les correspondas el gesto diciéndoles algo a ellas se ofenden. A tomar por saco. Hoy me voy a enclaustrar en mi burbuja de cristal y no salir de ella. Me voy a abrazar a mi mismo y autocompadecerme un poco, ya se que la autocompasión no es buena pero hoy no me apetece otra cosa y no me apetece tampoco seguir peleando por personas que te terminan dando por el saco. Mañana será otro día y volveré a pelear por un trabajo en condiciones de dignidad para mi y para esas personas que no dudarían ni un segundo en despedirme si pudieran y por aquellas, que teniendo posibilidades de conseguirlo, no lo hacen porque para mantener la imagen de que son buenas. Hipocresía. Hasta el culo. Y lo que mas me jode es que tenía la autopromesa de escribir un cuento bonito porque era el día para hacerlo y sencillamente no estoy en condiciones de hacerlo. Queda en deuda.

miércoles, 18 de noviembre de 2015

Hay días que me pongo a cantar a grito pelado, sin música. Me  gusta cantar, a veces me saca de mis sentimientos, otras me sumerge en ellos. Supongo que los vecinos tienen que flipar aunque tengo la decencia de no hacerlo a horas intempestivas. Cantar, escribir y masturbarme son cosas que me gusta hacer en solitario pero que creo que no me disgustaría que alguien me oyera, me le leyera o me viera sin yo saberlo. Al fin y al cabo creo que tengo un punto de exhibicionista  vergonzoso.
Hay días que al terminar cualquiera de las tres cosas no me quedo satisfecho del todo. Con la mayoría de cosas de las que escribo al releerlas pienso que menuda mierda he escrito pero escritas están y ahí se quedan. Sin embargo algunas las releo y me parecen preciosas estén mal escritas o no.
Cuando canto es diferente. Cuando una canción veo que me está quedando bonita, la repito y la repito hasta que me canso y trato de interpretar de otra manera las partes que identifico como mejorables. No se si canto bien o no pero desde luego se que cuando canto solo o borracho lo hago mejor, supongo que me desinhibo. Y también tengo claro que canto mejor después de llevar un rato cantando, es como si la voz se calentara y funcionara mejor. Aunque por otro lado a veces me empieza a picar la garganta y me atraganto.
Masturbarme es lo de siempre. Ya se que no parece un arte comparable a los otros pero hablábamos de satisfacciones. Hay días que te masturbas como sin ganas y te sale la mejor paja de tu vida y otras que empiezas cachondo a tope y terminas poco menos que decepcionado con el orgasmo.
Cantar canto muy de vez en cuando y no se porque me surge pero lo doy todo. En la otra casa o cuando era aun mas joven en casa de mis padres cantaba en la cocina. Y lo hacía porque era el sitio de la casa con mejor sonoridad. Estoy sordo pero esas cosas llego a distinguirlas y no se muy bien porque. En esta casa nueva no he encontrado un sitio que me satisfaga del todo pero me parece que donde mejor suena es en el baño.
Antes escribía también cuando me salía. Ahora por razones que no me apetece explicar procuro escribir todos los días que curro. Lo hago en el curro porque, aunque parezca increíble, es donde tengo mas tranquilidad e intimidad. Algunos días que no curro también me apetece pero no suelo encontrar el momento y sitio adecuados.
De mis costumbres masturbatorias poco que contar. Lo hago casi cada día y si un día no puedo a veces caen dos el siguiente. Es cierto que durante el último año y pico, por razones que no vienen al caso, había perdido el ritmo pero ya me estoy recuperando. Masturbarme me masturbo en casa, principalmente en el sofá. No negaré que también lo he hecho fuera de casa pero son episodios aislados con poca influencia en la muestra.

Cantar, escribir, masturbarme son tres placeres de la vida a los que llevo dedicándome con mayor o menor intensidad toda la vida (sobre a todo a masturbarme) y que tengo intención de seguir ejecutando supongo que con mas ganas que arte pero lo cierto es que a mi me satisfacen. Pero tengo una frustración. Se que has leído lo que he escrito aunque me gustaría que siguieras leyendo por lo menos has leído. Cuando hacíamos el amor me has visto masturbarme. Y aunque has visto un vídeo de mi cantando no me has oído cantar de verdad, no me has oído cantar con el sentimiento, no me has oído cantar cuando dejo que alma salga a través de las canciones. En esos momentos mi voz adquiere un color tan intenso que es preciosa incluso aunque desafine. Curiosamente cantar así, aunque me gusta hacerlo en solitario, me ha oído mucha gente  y tú nunca lo has hecho. Nunca canté para ti, nunca encontré el momento pero que sepas que desde que te conocí cada vez que canto, cada vez que meto en el baño y mi voz resuena por el puto sun molestando a toda la vecindad estoy cantando para ti, estoy cantando contigo en mis pensamientos. Y el que me haya oído últimamente sabrá que lo que canto son canciones tan bellas como tristes.

martes, 17 de noviembre de 2015

Oh, melancolía (Silvio Rodríguez)

Hoy viene a mí la damisela soledad,
con pamela, impertinentes y botón
de amapola en el oleaje de sus vuelos.
Hoy la voluble señorita es amistad,
y acaricia finalmente el corazón
con su más delgado pétalo de hielo.

Por eso hoy,
gentilmente, te convido a pasear
por el patio, hasta el florido pabellón
de aquel árbol que plantaron los abuelos.
Hoy el ensueño es como el musgo en el brocal,
dibujando los abismos de un amor
melancólico, sutil, pálido cielo.

Viene a mí, avanza
—viene tan despacio—,
viene en una danza
leve en el espacio.
Cedo, me hago lacio
y ya vuelo, ave.
Se mece la nave
lenta, como el tul
en la brisa suave
niña del azul.

Oh, melancolía, novia silenciosa,
íntima pareja del ayer.
Oh, melancolía, amante dichosa,
siempre me arrebata tu placer.
Oh, melancolía, señora del tiempo,
beso que retorna como el mar.
Oh, melancolía, rosa del aliento,
dime quién me puede amar.

Mari (Su ta Gar)

Hire diztira dut maite
anbotoko erregina
mortal guztien gainetik
hegan sua egina

Ta eutsi zan zeruan zehar
eguzkia joan eta gero.

Libre
izateko haiz jaioa
Mari
ez zara izango niretzat

Nire ametsetan giñen
biok tximisten lagun
baina argi da hori zela
soilik umeen ipuin

Ta eutsi zan zeruan zehar
eguzkia joan ta gero

Lehiotik dut ikusi ekaitza
ta pentsa bapatean
hor sugar damatxoarekin
gaur berriro larrutan

Libre
izateko haiz jaioa
Mari
ez zara izango niretzat

lunes, 16 de noviembre de 2015

Regalo

Y nació. Nació como nacemos todos, indefensos y con necesidad de ser cuidados, protegidos, queridos. Poco se de su nacimiento, tan solo una fecha grabada a fuego en el recuerdo, porque a fuego se marcan las cosas mas bellas. Como se mira al fuego la miraba a ella, embobado, sin pensar en nada, con su luz y su calidez protegiéndome del frío de una noche oscura, trayéndome el relajo, la paz y el sueño.
Y creció. Como crecemos todos, sin saber muy bien a donde vamos y con necesidad de ser cuidados, protegidos, queridos. Poco se de como creció, tan solo unas pocas historias de dolor que se conservan pintadas en el recuerdo, porque en los cuadros se pinta la belleza. Y así la miraba yo, con la mirada perdida en un cuadro en un museo silencioso, perdiéndome en los sentimientos que trasmiten las cosas bellas cuando son inertes.
Y se desarrolló. Como nos desarrollamos todos, haciendo apuestas para solo poder ganar algunas, acertando, equivocándose, siempre aprendiendo y con la necesidad de ser cuidados, protegidos, amados. Poco se de como se desarrolló, tan solo cientos de historias, algunas felices, otras tristes y otras simplemente historias que se conservan escritas en el recuerdo, porque en los libros se escribe la belleza. Y así la miraba yo, leyendo y sintiendo cada para palabra de una historia de una vida de la que quería saber cada detalle.
Y compartió momentos conmigo. Como compartimos todos, con momentos alegres, con momentos tristes, con ilusiones, con miedos y con la necesidad de ser cuidados, protegidos, queridos. Y de los momentos que compartimos lo se casi todo, porque se grabaron con el fuego de las cosas bellas, porque se pintaron como se pinta la belleza, porque se escribieron como se escribe lo más bello. Y así la miraba yo, amando cada letra, cada imagen, embobado con su luz y al calor de su fuego y era feliz, feliz como un niño con el mejor de los regalos, feliz como un hombre que había encontrado el sentido de la vida.
Y desapareció. Como desaparecemos todos, dejando tan solo recuerdos, dolor  y tristeza. De los recuerdos algunos se están perdiendo, el dolor mengua y la tristeza es casi ya melancolía. Y de la rosa tan solo quedará el nombre. Y así la miraré, conservando todo lo que pueda de ella, echándola de menos siempre, llorando por haberla perdido.


viernes, 13 de noviembre de 2015

¿Sabéis esos días que te levantas de la cama pensando “hoy va ser un día maravilloso”, esos días que hasta crees que algo bueno, algo espectacular te va a pasar?
Te levantas de la cama con una sonrisa abres la persiana y aunque no luce el sol el día es cálido a pesar de ser noviembre y parece que va a mejorar. Miras el reloj y te has levantado hasta pronto y piensas “voy a tomarme un cafecito relajado”. Nunca tomas café pero joder que es un día especial. Vas a la cocina, enciendes las cafetera expreso –te gusta el café clásico- (que viene a ser lo mismo que decir que comprar una de esas cafeteras de capsulas afectaría a tu presupuesto) y cuando tiras del portafiltro no sabes porque maldita ley física sale volando la borra y se estrella contra el suelo de la cocina poniéndolo todo perdido. Te afanas a limpiarlo todo pero esos malditos minigranos de café se meten por todos los sitios. Y cuando parece que has terminado ves incrédulo como una parte ha llegado hasta el techo y tienes que coger hasta la escalera de la cual estás a punto de caerte por no bajarte y moverla  para limpiar otra zona a la que no llegabas. Pero cual funambulista mantienes el equilibrio y evitas un percance. Recoges todo y te das cuenta de que se ha pasado la hora del café. Corres hacia el baño, te lavas los dientes, te afeitas a todo correr y te metes en la ducha. Que placer! Hoy va a ser un día maravilloso, seguro que me pasa algo bueno.
Al salir de la ducha te resbalas y de nuevo tu superpoderoso equilibrio consigue que mantengas la verticalidad pero te da un tirón en la pierna por el esfuerzo que te va a dejar cojo para todo el día. Te pones los pantalones como puedes, con lo que te duele la pierna te cuesta un triunfo pero lo consigues, los calcetines son otro reto y te has puesto uno al revés pero que le den por saco eso significa buena suerte y con lo que te ha costado como para quitárselo y ponérselo de nuevo. Una camisa, chaqueta y a la calle, que vas tarde. Hoy va a ser un gran día.
El ascensor tarda un huevo en llegar, la vecina del tercero con sus tres niños lo tiene retenido . No tardaría mucho si no fuera porque los tres van en carrito. Podrías bajar andando pero con la pierna tal y como la tienes decides esperar. Por fin llega, pero llega con la vecina y los tres carritos y con una sonrisa explendida te dice “me has subido”, calculas en un milisegundo el espacio y ves que no cabes ni colgándote del techo. Baja la vecina al garaje y tarda un huevo en sacar los carros pero por fin vuelve a subir el ascensor. Te metes en él, mientras bajas te miras al espejo y dices “que mono me he vestido, hoy va a ser un gran día” y de repente te encuentras con el reflejo de tu careto y te das cuenta de que llevas la mitad de la mejilla izquierda y parte del cuello a medio afeitar, te consuelas pensando –erróneamente- que te da ese cierto atractivo que tienen algunos dejados. Hoy va a ser sin duda un gran día.
El portal está recién fregado pero tu vista de lince lo detecta a la primera y pisas con cuidado para no tener mas percances. Tan concentrado vas en el suelo que te comes a la señora de la limpieza y la tiras al suelo. Le pides perdón mil veces pero ella escupe sapos y culebras por la boca y tienes suerte de haberte alejado para cuando te lanza un mandoble con el mocho. Acojonado sales del portal. Menos mal que es viernes y hasta la semana que viene no tendrás que verla. ¿Ves? Un día magnifico sin duda.
Sales a la calle y cojeas hasta el trabajo, se está estupendamente en la calle, pero en apenas un minuto se pone todo tan negro que parece que has entrado en una mina de carbón y cae el diluvio universal. Un vecino mas previsor que tu te adelanta con una canoa y un paraguas. Y tu calado hasta los huesos.
Llegas al curro, te quitas las toda la ropa que puedes quitarte sin insultar al decoro y decides que las zapatillas también puedes quitártelas y ves que el puto calcetín del revés no solo está del revés sino que tiene un tomate de las huertas de Gernika. No estaba así al salir de casa eso seguro.
Enciendes el ordenador y empiezas a trabajar, va a ser un buen día. Repasas lo que hiciste ayer y te das cuenta de que has cometido un error que te va a llevar mas tiempo arreglarlo que empezar de cero, pero como de cero no puede empezarse lo arreglas y te lleva casi toda la mañana. El resultado es mu satisfactorio. Entregas tu trabajo en la institución pública correspondiente, y la funcionara de turno te hace ver que además del que habías detectado lo que entregas tiene otro error. Pero lo hace con una sonrisa tan grande que recuerdas que hoy va ser un gran día. Vuelves corriendo a la oficina para arreglarlo porque el plaza de entrega se acaba hoy. Lo de corriendo es un decir porque la pierna te duele que te mueres y te adelanta un ancianito con cachava. Error corregido y vuelta dónde la funcionaria sonriente, todo bien pero la pierna con tanto paseo te duele tanto que te la arrancarías a mordiscos. Joe menuda sonrisa tenía la funcionaria y ya está resuelto todo, el día va a ser magnifico.
Al llegar a la oficina tu jefa te pregunta a ver donde narices estabas –ella usa otra parte de la anatomía masculina pero yo no la reproduzco por decoro-. Le cuentas toda la película y te echa una bronca del copón por ser tan torpe. Gracias al cielo –sigue diliviando- es la hora de salir y te vas para casa y no hay que volver hasta el lunes. Estás calado, con la pierna que no puedes ni moverla pero sigues pensado que será un gran día.
Llegas a casa te desnudas, te pones ropa seca y vas a la cocina a hacerte la comida, según entras se desprende parte de la borra del café que se había quedado en el techo y que no habías visto y se te cae en la cabeza. Basta ya! Joder! Te pones a soltar lindezas por la boca, te pareces a la de la limpieza en versión Disney pero consigues desahorgarte. Que le den por culo a comer. Te limpias el pelo y te tumbas en el sofá para echar la siesta. Por supuesto se han acabado las pilas del mando de la tele y no hay ni una puta pila en casa y aunque puedes encenderla no puedes cambiar de canal. Repetición de hombres, mujeres y viceversa Nooooooooooooooooooooooooooooooo joder, ahora ni tan siquiera puedes apagar la puta tele. Con el terror en los ojos te vas quedando dormido. Y cuando te despiertas piensas. Esta va ser una gran tarde, magnifica. Seguro que me pasa algo maravilloso.
Vas a levantarte del sofá pero la pierna no te aguanta y te caes de bruces al suelo. Te quedas ahí tirado porque no puedes moverte, los pelillos de la alfombra se te meten por la nariz y te pica de cojones pero ni te mueves. De repente suena un whatsapp en el móvil, gracias al cielo lo tienes a mano y piensas que podrás llamar para que te rescaten. Pero antes lees el mensaje, así somos los humanos, nos puede mas el puto whatsapp que las necesidades mas básica. El mensajees de la chica que tanto quieres pero que te tiene bloqueado, pone “Eres idiota” y ves como vuelven a bloquearte. Un día grandioso, explendoroso, magnífico, espectacular, inimaginable. ¡Se ha acordado de ti! Con la pierna doliéndote a horrores, la nariz picándote como un pimiento del padrón hijo puta y una sonrisa de esas que solo tienen los niños te quedas dormido en sobre la alfombra.

Un gran día, ojalá sea mañana.

jueves, 12 de noviembre de 2015

Microcuentos para Rita: preguntas

Tal vez no debería haberle dicho muchas cosas de las que le dijo. Tal vez debería haberse guardado sus sentimientos. Tal vez debería haber controlado mas sus malos momentos. Pero suceden cosas en la vida que nos desbordan tanto que no las controlamos y nos desbordan.

Vivió la mas profunda tristeza porque conoció la mas intensa de las felicidades. Por lo menos esta vez lo intento con todas sus fuerzas y no tendría que penar eternamente por la duda. Aunque pensándolo bien ¿quién sabe lo que hubiera pasado si hubiera mantenido el control?. La vida es siempre una incógnita y hay que vivir sabiendo que siempre habrá preguntas que hacerse y para algunas nunca hallaremos respuesta.

miércoles, 11 de noviembre de 2015

Pues oye, que la vida llega a un punto que es aburrida todo lo que tiene. Es como la peli aquella del día de la marmota, la verdad es que lo clavan, te levantas y cada día es igual. Yo charco no tengo pero tengo una de esas putas baldosas que escupen cuando llueve y te ponen perdido. Tal vez debería avisar al ayunta pero últimamente ni peticiones ni sugerencias pongo y eso que cuando pones hasta suelen hacerte caso. Y mira, sería lo mas emocionante que haría en todo el día porque jugarse la vida cruzando los semáforos en rojo como que ya no me llena y tengo el riesgo controlado.
Que falta de emoción de verdad. Ahora entiendo esa gente que hace puenting y deportes de riesgo… pero que para mi no son vaya… que a mi asomarme desde una ventana alta ya me da vértigo. Me acuerdo un día que me asomé en el mirador de Fuente De, si no habéis estado os aconsejo la visita. Está en picos de Europa y subes en teleférico un montón de metros, no me acuerdo bien pero creo que son unos 500 m en vertical, vamos que si se rompe el cable te pegas una ostia que se acabo la falta de emociones para siempre. Aunque ahí sería rápido, peor sería que se quedara parado a mitad, los calzoncillos y los pantalones acabarían directamente en la basura y la poca dignidad que me queda muy perjudicada. Pero bueno, que subes y hay un mirador espectacular. El mirador tiene una valla bastante alta que da seguridad a los que como yo padecemos de vértigo y un incontrolable miedo a caerse y darse la ostia final. Y allí que salí yo todo ufano y comentaba con la gente que estaba las belleza inconmensurable de aquel paisaje verde y tan montañoso. Pero joder mire para abajo y estaba en un puto suelo de rejilla, la ostia… que había una caída bajo mis pies de 500 metros! Para que quieres las prisas, hice prensa en la valla y me agarré a ella como si no hubiera un mañana. Yo creo que hasta aboyé el metal de lo que apreté y eso que se me resbalaban las manos por el sudor. Pero supe reaccionar como un machote y con el paso firme del que está cagado de miedo salí de aquella trampa mortal sin llorar y con los calzoncillos limpios. En resumen que los deportes de riesgo no son para mi, que quiero emoción si, pero el miedo como emoción como que no me llena.
Pues nada, que no se dónde están las emociones. Cuando llegas a cierta edad casi no sales de noche y cuando un día sales te lo pasas que te cagas, mejor dicho te lo pasas muy bien, la diarrea y la resaca en todo caso viene al día siguiente. Y dices aquí está! Esta es mi emoción! Pero sales tres o cuatro días y al cuarto dices pero que coño hago yo aquí rodeado de borrachos de los que podría ser el padre. Claro que de las borrachas, bueno borrachas menos, pero si de las mujeres que andan por ahí, piensas que que buenas están y se despierta tu alma de cazador. Pero claro si cuando tenías tu veinte años no ligabas que coño vas a ligar ahora con veinteañeras que te ven llegar y ves como una le dice a otra… ostias el viejo menuda cogorza lleva. Y no te queda mas remedio que recular mal bailando la canción de moda que tu acabas de escuchar por primera vez. Y si por lo que sea ponen un clásico es peor porque lo cantas a grito pelado y quedas en evidencia delante de toda la chavalería.

Bueno que sigo en otro momento, o probablemente no porque he descubierto el gran secreto de la humanidad, un secreto por el que ha muerto mucha gente. Y no es broma que las guerras normalmente son por pasta pero otras veces es porque el generalillo de turno se aburría. Es lo que tiene dar una pistola y poder a un descerebrado. No lo niego, no soporto los militares… su oficio consiste en matar personas. Que si, que si campañas de paz, que si rescates… pero su oficio es matar personas, si no fuera con ese fin no tendrían armas, lo otro lo podrían hacer otro tipo de profesionales y es solo para justificarse mientras no tienen excusa para matar. Pues eso que he descubierto el gran secreto que guarda la vida para ser emocionante pero no tengo intención de contároslo porque ¿sabéis? Si lo encontráis seréis muy felices, pero si llegáis a perderlo como es mi caso la vida será más triste y aburrida todavía. Así que a seguir caminando y esquivar todos los días la puta baldosa escupiente, tal vez un día a la vuelta de la esquina encontréis esa emoción que no acabe nunca o os subáis a un teleférico que tenga el mal gusto de caerse con vosotros y vosotras dentro. La vida siempre es una incógnita.

martes, 10 de noviembre de 2015

Persianas cerradas
a una primavera que llega en noviembre,
a la calidez de un verano que llega en otoño,
a una luz que se acorta pero que es mas intensa,
a un sol que no quiere ocultarse.
Persianas cerradas para no cegarse.

Y llegas a casa y la casa está oscura,
las persianas cerradas proyectan su noche,
y aquellas bombillas dan luz suficiente
para iluminarte como te iluminas ahora.

Persianas cerradas a ese sol que abrasa,
que quema tu vida,
que destroza por dentro,
que hace que ya estés cansada.

Y la sombra te anima,
la noche es más fácil y reina la calma,
y es mas segura estando encerrada,
entre cuatro paredes que llamas tu casa.
La vida está fuera, la luz está fuera,
el mundo está fuera,
pero vivir dentro es sencillo,
no arriesgas, no juegas,
no ganas.

Persianas cerradas,
una muerte callada,
una vida sin vida,
una vida sin alma,
las persianas cerradas
congelan el tiempo,
no protegen de nada.

lunes, 9 de noviembre de 2015

Zeru Erzetik (Oskorri)

Lurrak gauzka etsipen gordinez
min zaharrari lotuta;
lur garenez, urak garamatza
itsas amaren altzora.

Zeru ertzetik argia dator
lainoz estalia, lurrera;
itsasotik aparra doa
harkaitz zauriz, ostadarrera.

Ontzi zainak gauaren etxeruntz
gure txalupa darama
arraun hotzez, abesti zitalez
azken ertzaren kaiara.

Hitz totelez, pauso beldurtiez
eman ohi dugu bidaia;
oihu latzez eskean orandik
aska gaitzaken uhaina.

viernes, 6 de noviembre de 2015

Días de nada

Hay días de nada,
y días y días de nada,
semanas de nada,
meses de nada
y años de nada.
Hay vidas de nada.
Levantarse y vivir,
trabajar para comer,
dormir sin soñar,
calentar el sofá
en días de nada.
Caminar sin rumbo,
existir sin sentido
y no sentir nada.
Esperar la mañana
para no esperar nada,
y al llegar la noche
la vida no cambia.
Otro día sin nada.
Y pasan los días
y días sin nada.
Respirar en vacío,
los pulmones estallan
pues no aspiran nada,
no aspiran a nada.
Y sientes el frío
de quien no siente nada,
el invierno no acaba,
ya no hay primaveras,
ni brotan las flores,
y los colores callan.
De negro se visten
los días de nada,
de lunas oscuras,
de gritos del alma,
de silencios y llantos
que mecen la calma.
Los ojos se cierran,
las manos se callan,
un cerebro inerte
en horas de nada,
en días de nada.

jueves, 5 de noviembre de 2015

Una carta que tal vez te envíe

Pasan los días y va quedando atrás la locura, la desesperación, el sufrimiento. Me enamoré de ti como solo los niños se enamoran y eso te ciega, y con tantas dificultades, con tantos límites llega a producir más dolor que alegría.
Me hice tan dependiente de ti que me olvidé de mi mismo y de lo que me rodeaba, no pensaba con claridad, no actuaba de manera cabal, tan solo quería estar contigo, hablar contigo, vivir de alguna manera contigo. Algo bonito si no se hubiera convertido en enfermizo. Las personas a veces nos hacemos dependientes cuando mas nos rechazan, cuando mas nos ignoran pero no cabe poner la responsabilidad en el otro. El cigarro no tiene culpa de que yo lo fume y esto es lo mismo, mi adicción era mía y no la supe controlar.
Era feliz cada momento que pasaba contigo, con cada palabra que me escribías me hacías feliz también. Supongo que no estaba preparado para eso y que me convertí en un yonki que siempre quiere más de su sustancia ilegal. El amor así no es bonito. Puedo echarle la culpa por descargar mi conciencia a las circunstancias, esas circunstancias que hacían que todo fuera muy complicado y a veces imposible. Me engañaría a mi mismo, las circunstancias no ayudan pero cada uno es responsable de lo que hace. Hacer responsable de tu vida a las circunstancias o a alguna persona en cierta manera te hace esclavo de ellas. No, yo fui el responsable.
Te decían que pasan los días y que la locura va a quedando atrás. No no estoy curado del todo pero ya no estoy lejos. No te equivoques con el significado de esto, te sigo queriendo desde lo mas profundo de mi corazón pero los días pasan y me voy liberando de algunas cosas malignas que me acompañaban, me atrevería a decir que nos acompañaban a ambos.
Y la ceguera me llevo a no ver un motón de indicadores de lo mal que estabas tú, de lo mal que lo estabas pasando con tu vida y eso que una y otra vez me contabas cosas, algunas terribles, otras simplemente malas pero que acumuladas suponen una carga difícil de soportar. No lo niego, a veces llegué a pensar que algunas cosas las sacabas de quicio y no eran para tanto pero cuando tantas se acumulan es normal que las vivencias fueran horribles. Me sorprendía, y me sigue sorprendiendo, que después de contarme algunas cosas de esas cosas que te pasaban pudieras seguir sonriendo e inundarme con tu felicidad. Y sin embargo lo hacías, cada vez que aparecías tenías esa sonrisa tan maravillosa que mi mundo cambiaba, mi mundo se convertía en algo maravilloso también.
Eres una mujer fuerte, como casi todas las mujeres, pero la mujeres también pincháis y no me di cuenta de que pinchabas. Alguna vez te dije que buscaras ayuda, seguro que tu no crees necesitarla pero yo sigo pensando que te vendría bien alguien en que apoyarte, alguien a quién contar tu vida y que te ayude a poner algo de luz entre tanta sombra. Y no me refiero a un amigo o a una amiga, me refiero a alguien que tenga una distancia profesional con lo que te pasa. Si, ya lo se, yo también debería aunque creo que mis problemas eran menos y diferentes y ya me estoy recuperando.
En su día te dije que no quería ser solo tu amigo porque siempre querría más y en los meses que estuvimos como “amigos” fue bastante evidente. Hoy con una visión mas clara te repetiría lo mismo yo siempre querría mas, querría mas porque te quiero como nunca he querido a nadie, pero hoy también se que podría guardar bajo llave mis sentimientos y ser tu amigo. Ese amigo que querías que fuese. Y podría serlo porque acabada la locura y viendo todo por lo que has pasado, concentrándolo todo y sumándolo todo me parece que fui egoísta no queriéndolo ser con anterioridad. Tu no necesitabas un idiota enamorado, tu necesitabas un amigo y no supe serlo porque si algo es el amor es egoísta.
Y esa es la invitación que te hago en este carta que aunque llegue a enviarte probablemente nunca leas. Me muero de pena por no haber sabido estar donde debía cuando me necesitabas y todavía confiabas en mi lo suficiente para por lo menos escucharme. Todo lo que diga ya no vale para nada. Pero aquí estoy, esperándote para darte todo mi cariño, el cariño de una persona que te quiere y que quiere lo mejor para ti y para tu vida.
No me merezco que confíes en mi, ni en nada de lo que digo, pero si lo haces, si por lo que sea te das cuenta de la sinceridad que siempre han llevado mis palabras –no así mis silencios- y necesitas o quieres tener un amigo, sabré serlo para ti, sabré ser un buen amigo sincero con sus palabras –aunque a veces duelan- y también con sus silencios –aunque a veces duelan-.
Solo quiero que sepas que te esperaré siempre, aunque creas que ha pasado demasiado tiempo, meses, años, lustros… siempre te estaré esperando con los brazos abiertos y una sonrisa.


miércoles, 4 de noviembre de 2015

¿Qué escribir cuando no se sabe que decir, cuando lo que crees entender de la realidad es algo que no comprendes, de lo que nada sabes y por lo que nada puedes hacer?. ¿Qué escribir cuando crees que no puedes ayudar, que no puedes poner nada de tu parte para buscar una solución a un problema que has ayudado a crear o a aumentar? ¿Qué escribir cuando no sabes nada de nada sobre lo que está sucediendo en el interior de la persona a la que amas?.¿Qué escribir cuando sabes que no quiere escucharte, que no quiere verte y que si lo hiciera creería que todo es contra ella? ¿Qué escribir cuando sabes que nunca va a leerte? ¿Qué escribir, qué hacer, qué decir? Nada. Tal vez nada. Solo ofrecer una mano y un hombro amigo por si alguna vez necesita esa mano para agarrarse o ese hombro para llorar. ¿Qué escribir, qué decir, qué hacer cuando sabes que, aunque ahora seas diferente, ya solo provocas miedo?

martes, 3 de noviembre de 2015

Microcuentos para Rita: desencajes

Aquel cajón no cerraba del todo. Su obsesión por que las cosas estuvieran en su sitio era tan grande que lo había desarmado y vuelto a armar mil veces sin resultado. Un problema que no tenía solución. Si se hubiera dado cuenta de que el desajuste no estaba en el cajón si no en la cajonera hubiera podido intentar solucionarlo. 

lunes, 2 de noviembre de 2015

Microcuentos para Rita: de las miradas

Sus ojos miraron desde su experiencia, desde lo que sabían, desde lo que estaban preparados para entender. Su experiencia no fue suficiente, no lo fue que sabían, no estaban preparados para entender los profundos problemas que acompañaban esa realidad que observaba. Como tantas otras veces se creyeron muy listos pero se equivocaron.

Ahora esos ojos lloran, no por su estupidez si no porque tal vez fuera demasiado tarde para ofrecer una mirada amiga.