miércoles, 20 de julio de 2011

Intento de soneto (reeditado jajaja)

No sabría que decir ni aunque quisiera,
y aunque quiero querer me desespero,
y me amordaza el sueño de tus besos
que silencian mi voz mientras te esperan.

Quiero gritar con voz desgarradora
y sentir como vibra mi garganta,
pero mi voz de nuevo se atraganta
si tus besos no llegan a su hora.

Me atronan mil silencios compartidos
en besos de una boca encantadora,
que nacen en mis sueños no vividos

Ya no puedo esperar, los quiero ahora,
un silencio y un beso enternecido
de esos que se dan si te enamoras.

lunes, 18 de julio de 2011

No querría recordar este mar envuelto en esta niebla, querría recordar aquel mar que se extendía mas allá de dónde llegaba la vista, aquel mar que me agitaba, que me serenaba, que me susurraba al oído, que me mecía entres sus olas. Ese mar que me quemaba con su calor y me congelaba con su frío. Ese mar de claros y oscuros, de tristezas, de alegrías. De días de lluvia y de sol y de nubes, de días de todos los colores.
No querría recordar este mar en este día de niebla. Porque en lo días de niebla mis sentidos no son suficientes para percibirlo en su inmensa grandeza. Quisiera sentirlo con el corazón pero los témpanos de hielo lo congelan.
Mucho he llorado por verte así, por no poder verte y mis lágrimas solo eran el recuerdo doloroso de tus saladas aguas. Te quiero sin niebla, pero me empeño en levantar la más pesada de las brumas.
Fui feliz por momentos, tan solo por momentos, porque los instantes se acababan con impaciente rapidez. Fui feliz por momentos, tan feliz que nada mas importaba. Fui feliz por momentos, tan feliz que cada vuelta a la realidad era un castigo.
Y ahora te veo así, envuelta entre la niebla, y lloro de nuevo con las gotas de tus aguas y la visión se hace más borrosa. Esta es la foto que me llevo de aquellas espléndidas vacaciones acurrucado en tu costa. Espero que el tiempo despeje las nieblas del recuerdo y me deje recordarte con aquel imponente aspecto que te daba aquel dulce sol de primavera.

viernes, 15 de julio de 2011

Hay un color en el cielo al que nunca se como llamarlo, hay un color en el cielo que me obsesiona, hay un color en el cielo que querría ver siempre pero que casi siempre me rehúye.
Pero está ahí y y yo paso horas volando entre las nubes, bajo la lluvia, la busco al lado del sol, en la cara oculta de la luna pero casi siempre me rehúye.
Pero los momentos que aparece, eso días que aparece y me ilumina con su luz desde ese cielo, esos días, esos momentos son inolvidables.
Pararía el tiempo si pudiera, pararía el mundo con tal de saber que estará ahí mañana.
Y estará, seguro que estará pero ¿podré verlo?

martes, 12 de julio de 2011

Sobre las baldosas grises cae la fina lluvia que cala hasta los huesos dando vida al alma de una ciudad gris y oscura. Subo al tren que sigue los pasos de las sardineras y todavía puedo ver los recuerdos de unos tiempos más grises, la ruinas de un pasado que cimentaron el presente. Entre los escombros flotan efluvios de melancolía y con cada respiración penetran en mis pulmones ahogándome en los recuerdos de un pasado que no he vivido.
Y llego al mar, y las finas gotas de lluvia apenas salpican en el agua de un mar atormentado, que rompe con toda su fieraza contra unos muelles de piedra dispuestos a contenerle para siempre. Pero ambos saben quien ganara la batalla, ambos saben que el mar terminará devorándolo todo.
Y me siento allí, sobre el muro de piedra, con la lluvia resbalando por mi cuerpo, con la sal de las olas salpicándome en la cara. Me siento tan vacío que tan solo esa fina lluvia y ese mar rompiente me hacen sentir que estoy vivo. Y sentado allí, calado hasta los huesos disfruto del placer de sentir, disfruto del lento discurrir del tiempo y sufro y disfruto con mis pensamientos. Jamás me he sentido mas acompañado, jamás he estado tan solo.
La luz va escapando por mi izquierda, mi cuerpo ya no resiste el frío y el camino a casa es largo. Lanzo mi última mirada al horizonte, pero tampoco hoy encuentro la respuesta. Cabizbajo, aterido de frío y vacío, dolorosamente vacío, camino otra vez hacia mi vida. Sigue lloviendo pero a mis espaldas se han abierto claros en el cielo, claros que no llegué a ver porque no espere lo suficiente.
El tiempo, la espera, !cuanto nos determina¡, casi siempre he esperado demasiado y en algunos momentos relevantes me ha podido la impaciencia. Y el tren parece que no llega nunca y las agujas del reloj parece que avanzan hacia atrás buscando el orden lógico de las cosas. Y por fin el traqueteo me saca de mis ensoñaciones y los agudos pitidos me anuncian que las puertas van a cerrarse.
La noche no me deja ver las ruinas, aunque de todas maneras me he sentado en el lado que mira al muro. Los muros de piedra no dejan pasar la luz pero por lo demás son inofensivos. Milagrosamente el trayecto pasa en un segundo sumido en destellos de piedras grises que solo se iluminan a nuestro paso. Sin luz propia, como la luna, solo pueden vivir de los reflejos.
Y desde la estación a mi casa, en un intenso paseo bajo la suave lluvia me da por pensar que tengo luz, y que puedo orientarla hacia dónde quiera. Y en ese breve paseo desaparece el vacío, no hay todavía demasiado, pero ya no está vacío. Y al abrir la puerta del portal la lluvia cesa y estallo en mil carcajadas, de rabia, de dolor pero tal vez también de alegría.
En esta ciudad gris la lluvia es mi compañera, no tardará en volver y aquí estaré esperando a que me cale hasta los huesos. Resurgiré con ella, resurgiré con el agua de la vida.

lunes, 11 de julio de 2011

En ocasiones las personas no se entienden , no se entienden hablando el mismo idioma, no se entienden porque en sus cabezas hablan de cosas diferentes, no se entienden porque, en ocasiones, las palabras tienen mil significados diferentes.
Ayer me dijiste que me quieres y yo entendí que me amabas con el alma.
Ayer me dijiste que me quieres y entendí que también me deseabas.
Ayer me dijiste que me quieres y entendí que el amor entero me envolvía.
Y te amé desde mi alma, con el más poderoso de los deseos, te envolví con mi amor, quise vivir para ti, quise vivir en tus sueños.

Y tu me querías, pero tu te quiero no significaba eso, tu te quiero era distinto al mío y yo no supe entenderte.
Tu te quiero era un te aprecio.
Tu te quiero era un me siento a gusto contigo.
Tu te quiero era eres mi amigo.
Y me querías, y estabas siempre conmigo y fuiste siempre mi amiga.

Y el dolor fue insoportable, y el dolor me convirtió en un monstruo y mi monstruo terminó por devorar todo lo bueno que había entre nosotros.
Y mi te quiero iba cargado de amargura
Y mi te quiero era una esperanza resentida
Y mi te quiero era tan solo una venganza
Y te amargué, alimenté tu resentimiento y consumé mi venganza

Y ahora espero a que me llames, ahora espero a que me escribas, espero volar con tus sonrisas, deseo tu amistad por encima de todas las cosas.
Pero ya no hay te quieros
Y ya no hay te quieros
Se acabaron los te quieros
Pero yo te quiero, y quiero lo que me dabas, te quiero dispuesto a olvidar mi amor incontrolado porque lo que no quiero es dejar nunca de quererte

En ocasiones las personas no se entienden porque no quieren entender lo mismo. En ocasiones las personas no se entienden y las palabras lo complican todo. En ocasiones me gustaría saber leer en las miradas.

miércoles, 6 de julio de 2011

Busqué en todos los rincones de una urna de cristal para no encontrar nada, seguramente porque nada había que encontrar. Sin descanso, con todo el deseo, con todo el amor y todo el odio, así busqué para no encontrar nada. Busqué con todos mi sentidos pero tal vez no hubiera nada que sentir, tal vez realmente no hubiera nada.
Pero yo creía en ello, sabía que aquella urna ocultaba para mi el mas dulce de sus secretos y busqué con todo el dolor de la frustración, busqué con las lágrimas anegándome los ojos. Busqué una y otra vez, busqué pero no encontré nada.
Cualquiera lo hubiera visto con una sola mirada, no dejaba de ser una urna trasparente, cualquiera con dos dedos de frente, cualquiera que no estuviera cegado pero yo no era esa cualquiera.
Y gasté eternos momentos y gasté muchas de mis fuerzas y gasté parte de mi alma pero no lo encontré, no encontré nada.
Derrotado, hundido, pero sabiendo que aquella urna me oculta sus secretos. Cansado, agotado en extremo aferrándome con las uñas a esas paredes de cristal, así hasta que la evidencia me hunda.
Así me quedaré mientras aguante porque en esa urna está el mayor de los tesoros.

martes, 5 de julio de 2011

De tus cuentos y mi sueños

Cuéntame un cuento antes de dormir y soñaré con él toda la noche. Viviré en el mundo que construyas para mi, tendré miedo a tus fantasmas, confiaré en tus hadas, amaré a tus princesas, querré que gane siempre tu caballero blanco.
Viviré tu cuento en mis sueños, lo viviré esa noche, tan solo esa noche.
Cuando la suave luz del amanecer me obligue a abrir los ojos, olvidaré mis sueños como siempre los he olvidado y volveré a vivir en mi mundo, un mundo al que, por desgracia, no le dejan mucho espacio a la fantasía.

viernes, 1 de julio de 2011

Blanco, blanco, blanco.
¿Seguro?
Blanco; seguro.

Hoy no ha sido blanco
Pero lo será. Sabes que lo será.
Lo se, se que será blanco.

Vuelve a ser como ayer.
Claro, blanco, como ayer.
Ayer no fue blanco.
Pero lo será.
¿Lo será?
Si; lo será
Deseo que sea blanco.
Lo será.

Hoy tampoco ha sido blanco.
Lo ha sido.
No, no lo ha sido.
Lo es.
Yo no lo veo. No quieres que sea.
Lo es, te lo aseguro.
No lo es.
No puede ser ese blanco.
Yo quiero ese.

Pero ese no puede ser.
Lo quiero.
No puede ser.
¿Y qué puede ser?
Esté blanco, el de siempre.
Lo quiero.
Lo tendrás.
Lo se.

Hoy no ha sido blanco.
Es cierto no ha sido blanco. Lo siento.
Lo se. No te preocupes.

No es blanco ahora tampoco.
Se me olvidó que debía serlo.
Lo se. No te preocupes. Pero necesito que lo sea.

Blanco.
Te quiero.
Te quiero.

Me has teñido de blanco.
Lo necesitabas. Te quiero.
Lo necesitaba. Te quiero
Te adoro.
Te adoro. Me has teñido para siempre.