lunes, 6 de junio de 2016

Casicuentos para Rita: Ciberbog XXIII Inexistencia

Las instalaciones pertenecían a una de las corporaciones mas poderosas del mundo precisamente por su nivel de desarrollo en inteligencia artificial y biomecánica. Tenían sedes en todo el mundo donde se fabricaban una diversidad infinita de productos, desde estética hasta herramientas de toda clase. Allí, en aquella ciudad, se situaba únicamente las oficinas centrales, la planta de desarrollo de los ciberbogs y el mencionado centro comercial en el que me encontraba y donde comercializaban todos los productos de la compañía incluyendo la única tienda física de ciberbog del mundo.
Las instalaciones se extendían en varios kilómetros cuadrados, valladas y muy bien custodiadas. Solo se podía acceder al mencionado centro comercial y a los jardines de tubos de ventilación donde me reuní y charlé con el Ciberbog e incluso estas estaban protegidas por dos ciberbogs que custodiaban las puertas. Pero la pregunta era ¿Por qué me habían franqueado el paso? Los ciberbogs identificaban a cada uno de los visitantes, podrían entrar cientos de personas a la vez pero sus biocircuitos les permitían individualizar a cada una. Mi pelo y mi barba no eran un problema para el reconocimiento, según había leído su tecnología les permitía identificar a cualquiera por mucho que modificara su aspecto incluso de forma quirúrgica. No sabía cómo lo hacían pero si que lo hacían. Las posibilidades que se abrieron en mi cabeza fueron varias: la compañía mentía en su publicidad y no me habían reconocido, aun reconociéndome no me habían detenido por alguna razón, me habían reconocido pero no constaba como peligroso en sus bases de datos. La experiencia con el Ciberbog me inclinaba a pensar que efectivamente eran muy eficaces en el reconocimiento, de tener algo contra mí hubieran procedido sin duda a mi detención, así que lo mas posible fuera que no tenían constancia de mi como elemento peligroso. Me armé de valor y a través de mi identidad de incognito rastree mi identidad real en la red. De nuevo me encontré con una sorpresa que en realidad no lo era tanto no constaba absolutamente nada de mi en la red, todo había sido borrado, ni personal, ni redes sociales, ni nada de mis trabajos, de mis estudios… absolutamente nada de nada, era como si no hubiera existido. Una ventaja total en aquellos momentos, un motivo para estar mas que nervioso. Podía estar tranquilo y moverme con libertad por el centro comercial buscando un acceso a la parte de las instalaciones que realmente me interesaban, las oficinas de ingeniería y, sobre todo, la planta de acabado de los ciberbog, no se porque pero mi intuición me decía que ahí encontraría algunas respuestas.

Era como si no hubiera existido, ¿sería así también para ella? ¿se habría olvidado por completo de mi? ¿me habría sacado por completo de su cabeza? Hacía mucho tiempo ya, demasiado para mis sueños, para mis anhelos pero cada día ella venía a mi cabeza en muchos momentos y por diferentes motivos. ¿Qué pensaría ella? ¿se acordaría? ¿pensaría en mi? ¿me echaría de menos aunque solo fuera un poco? ¿se acordaría de mi aunque fuera tan solo para odiarme? Mientras paseaba por el centro comercial en busca de una puerta de entrada a las instalaciones no podía dejar de pensar que para ella todas las puertas estaban cerradas.