lunes, 3 de septiembre de 2018

Ha pasado más de un año y aquí seguimos, prleando contra esta enfermedad que me ha tocado vivir. Días buenos, días regulares y días malos, de todo me estoy encontrando y cada uno procuro disfrutarlo o sufrirlo como puefo. Quimioterapias, radioterapia, cirujia... por todo voy pasando y lo unico que se consigue es contener la enfermedad. Desde el principio me hablaron de cronicidad, y lo siguen haciendo, pero en mi cabeza siempre estará curarme. No quiero ser uno mas de los que se diga murió tras una larga enfermedad, pero solo el futuro traerá la respuesta. El presente de momento es visitar el hospital con frecuencia y seguir con los tratamientos que me digan.
En fin, que hacía mucho que no tan diquiers entraba por mi blog y que no tenía ganas de escribir unas palabras. Algún dia se me ocurren historias de esas que contaba antes pero el pasado, por mucho que me duela y que quiera que sea de otra manera, pasado está. Lo que en mi ser permanece parece que se ha diluido enteramente en el alma que me completaba. He tenido apoyo de tanta gente que si hiciera una lista se me olvidarían la mitad y a todos se lo agradezco por igual. A la persona que tanto significa para mí y que no ha querido dedicarme ni tan siquiera un saludo decirle que sus razones tendrá pero que, como tantas otras veces, se está equivocando. La humanidad que la llena por dentro algún día terminará reventando por acumular tanto odio hacia tantas personas que algún día reventara y no podrá dejar de llorar. Deseo que llegue ese día porque será el día en el que por fin se sienta libre. El odio es un camino hacia la nada, hacia el vacío, hacia el sufrimiento, una cadena que nos ata y constriñe nuestras vidas y el odio en ti es muy poderoso y, en tu vaso, siendo tan solo un hijo del miedo.

Un gran abrazo para las personas que siguen entrando por aqui a pesar de que hace tiempo que no hay nada nuevo. Gracias.