martes, 9 de julio de 2013

Se me cierran los ojos, quiero dormir, descansar, volar a un mundo de sueños dónde todo es posible. Donde tú eres posible.
Eres seda, eres sed, eres amor. Perdida entre las sonrisas imposibles y las caricias eternas.
Eres el sonido de una risa que se apaga mientras estalla en mi interior. Eso eres. Eso eras. Eso serás, eso espero.
Y mis manos teclean mil veces tu nombre y lo escriben en mil colores en lienzos en blanco impregnados en tu aroma.
Quiero escribir en ti, quiero tatuarte una historia en tu pecho para que la lleves siempre contigo.
Eres cristal, eres agua. Trasparente, cristalina. Fría, muy fría. Y me veo reflejado en ti, eres el vidrio de mi espejo.
Suave, liviano y multicolor como aquellas mariposas que llegaron un día para quedarse siempre. Se quedaron en mí, aun las siento.
Sabes de lo que te hablo, solo tú podrías entenderme, nadie más lo ha hecho, nadie más lo hará nunca.
De ti aprendí la soledad y en ella me dejaste. Si eras verdad y el mundo es justo volverás un día a recogerme.