Mirad al sol sin miedo,
se os quemarán los ojos,
pero por una vez, y para siempre,
contemplaréis la luz.
Dejaréis de estar ciegos,
pero vuestra vista os hará sufrir.
¿Quién puede soportar
contemplar la verdad?
¿Quién puede contemplar el mundo
y ser feliz dejándolo fluir?
Os encabronaréis si,
probablemente odiaréis si,
lucharéis y perderéis casi siempre.
Pero moriréis sabiendo la verdad,
moriréis conociendo el mundo
y probablemente a vosotros mismos.