Estimadas gentes lectoras,
Dicho sea de paso que ignoro el
interés que a ustedes les genera publicaciones como la que sigue, y supongo que
no será un trauma encontrarse algún día sin que haya nada nuevo en el
blog. Seguramente sea el miedo a
desanimar a entrar al blog a personas lectoras habituales lo que me impulse a
comunicar mis periodos de ausencia. Y ese es el motivo de esta entrada,
comunicar que hasta el lunes no encontraran ustedes nada nuevo en mi blog, no por
ganas –que las sigo teniendo- si no por la imposibilidad de sentarme ante este
teclado que es el único desde donde escribo. No se piensen ustedes que, como en
otras ocasiones, es placer lo que me mueve de esta humilde silla, esta vez son
motivos laborales los que hacen que tenga que desplazarme. Mejor estaría en una
isla del caribe y bermudas de flores y camisa a juego -visera no llevaría porque me resulta
molesta-, tumbado en una hamaca y con un mojito en la mano, pero de algo hay
que vivir y la verdad tengo que confesar que mi trabajo no está tan mal, la
única pega que le veo es que hay que trabajar y ya conocen ustedes mi, tan
nombrada como real, vaguería. Y perdido
este minuto en comunicar algo que seguramente no les interese a ustedes vuelvo
a zambullirme en mis obligaciones que no son tan livianas como para poder
perder el tiempo de manera infinita. Además hoy luce el sol en esta villa y si
de algo tengo ganas es de escapar a disfrutar de este último día de verano. El
otoño es tan melancólico como casi todo lo que escribo pero en realidad amo la
primavera. Sean ustedes muy felices y si lo tienen a bien, el lunes, casi con
completa seguridad, encuentren ustedes nuevas historias.
P.D.: Sigo alucinando con el
número de visitas. Gracias por todo.