lunes, 29 de febrero de 2016

Casicuentos par Rita: Perfección y perdón

Ponerse la perfección como objetivo irrenunciable en todo está abocado al fracaso y a la frustración. La perfección puede ser una meta, un horizonte que nos permita orientar el camino y esforzarnos pero sabiendo que no siempre será posible llegar. Para Tiees la perfección era su objetivo, no para todo, pero si para muchas de las cosas que la parecían importantes. La frustración y el dolor eran sus compañeros  de camino. Demasiado dura consigo mismo en la autocrítica y probablemente por la misma razón, porque ella ya se había exigido más de lo que nadie podría exigirla, en ocasiones muy poco abierta a la crítica de los demás y reacia a incorporar las visiones de otras personas. Tiees, era una mujer de todo o nada, si no era todo no era suficiente.
Equis fue también así durante parte de su vida pero el sufrimiento que acompañaba no conseguir ser perfecto terminó por vencerle y limar algunas de sus aristas. Pero se dejó ir. Contemplar que la perfección no es posible nos puede llevar a conformarnos con demasiado poco y no esforzarnos lo suficiente. En algunas ocasiones seguía sin soportar la imperfección, seguía sin permitírsela a si mismo pero cada vez era mas infrecuente. Su horizonte solía ser cercano y conseguible, pero no como un lugar al que llegar para seguir caminando, era un destino con frecuencia demasiado pobre.
Para algunas personas es complicado perdonar a los demás, para otras perdonarse a si mismas, para otras simplemente perdonar es un verbo que no entra dentro su vocabulario. A Tiees y Equis les costaba mucho ser indulgentes consigo mismos, aunque Equis se estaba acostumbrando a perdonarse demasiado. Perdonar a los demás estaba en el espíritu de ambos pero con límites diferentes, Equis perdonaba siempre, en su vida solo había conocido una vez el odio. Tiees perdonaba, perdonaba hasta que alguien sobrepasaba una línea imaginaria de la que ya no había retorno posible, para la que ya no había perdón posible.
Estos rasgos de su personalidad fueron importantes en la respuesta que dieron cuando cayó la niebla. No, no se puede tomar nunca la parte por un todo y menos en las personas, cuando cayó la niebla actuaron con todo lo que eran pero ciertamente conocer esto de ellos tal vez nos permitirían entenderlos.
Cuando cayó la niebla Equis exigió a Tiees la perfección y rebasó la línea de lo perdonable. Para él también se puso como objetivo la perfección pero dar todo lo que tenía le pareció suficiente cuando evidentemente no lo era. Se miró poco a si mismo y demasiado a Tiees. No aprendió de sus errores y no supo corregirlos y sin embargo veía los errores de ella y los ponía sobre la mesa sin la delicadeza suficiente como para que ella fuera capaz de incorporarlos y sin embargo siempre la perdonó todo. Tiees perdonó hasta que Equis rebasó esa línea, una línea que cada vez alejaba mas de dónde solía estar para los demás porque Equis era mas importante para ella de lo que lo habían sido otras personas en su vida pero no pudo más, había ido demasiado lejos.
A ojos de Tiees recuperar la perfección de Ciudad Mees era simplemente un imposible y abandonó el objetivo. Equis siguió peleando hasta que Poseidón abrió el mar que partió el mundo, incluso en Maes, en Istne y con su vuelta de nuevo a Maes seguía soñando con reconstruir Ciudad Mees. Para Equis Ciudad Mees era un horizonte que permitía imperfecciones para Tiees fue un todo o nada, o lo era todo o no merecía la pena. Curiosamente Equis lo hubiera dado su vida por Ciudad Mees y la apuesta de Tiees fue más limitada probablemente porque dejo de creer en la perfección de Ciudad Mees. Dos perspectivas diferentes que no les permitieron salvar el mundo que tenían en común y que tanta felicidad les había traído. El último día de ciudad Mees, cuando la niebla se derramó en un mar, fue como un choque de trenes entre Equis y Tiees. Equis sin callar, Tiees desde el silencio. Equis desde la insistente crítica, Tiees desde la autocrítica. Equis desde el perdón absoluto, Ties con su línea mas que sobrepasada.