La casa estaba helada, era más
que la sensación de frio ambiental, la soledad y el vació eran mas gélidos aun,
volver a una vida vacía congelaba el alma. Encendí el holovid para que el
sonido me hiciera compañía y me perdí en lamentos poco constructivos por ni tan
siquiera haberme preocupado de lo que le había sucedido al Cibergbog. Una
imagen captó mi atención, se parecía terriblemente a ella, luego siguieron
otras imágenes de la misma mujer con edades cada vez mas avanzadas. En el
holovid glosaban la vida de una persona que había muerto ese mismo día. La
verdad que, mas allá del parecido, esa cara me sonaba. Presté atención y
resultó ser la ingeniera que sentó las bases y terminó desarrollando la bio-robótica
tal y como la conocemos hoy en día, de alguna manera era la madre del Ciberbog.
No creo en las coincidencias y las alarmas se me dispararon de nuevo. ¿Podría
estar relacionado este hecho luctuoso con lo sucedido con el Ciberbog? Mi
cabeza, mi intuición, gritaba que si con insistencia.
Accedí a la red con mi identidad
privada para buscar mas información sobre la ingeniera bio-robótica. Lo primero
que me fijé fue en las fotos, efectivamente en su juventud tenía un parecido
increíble con ella. Me terminé perdiendo en sus ojos marrón claro minimamente
rasgados y en aquella sonrisa que lo iluminaba todo. Cuando desperté de la
nostalgia me puse a leer su biografía y la historia de la bio-robótica. La
bio-robótica tenía su origen en dos campos de estudios que terminaron
confluyendo, la medicina y la inteligencia artificial. La medicina tenía un
campo importante de desarrollo en la creación de tejidos semi-sintéticos que
pudieran transplantarse al cuerpo humano en caso de necesidad y que mejoran
incluso las prestaciones de los naturales, se había unido también a la robótica
especialmente en aspectos traumatológicos y creación de prótesis. La
inteligencia artificial llevaba décadas desarrollando una tecnología que
permitiera a las maquinas aprender de la experiencia para que de esta manera, a
su vez, revertiera en una mejora en los procesos para los que estaban
programadas.
La doctora Roes se había formado
y especializado en ambos campos, era una mujer brillante y con una expediente
académico mas que sobresaliente. Muchas fueron las corporaciones que quisieron
ficharla para sus equipos, la industria de la robótica le ofreció grandes sumas
de créditos, la farmacéutica también, la medicina podía ofrecerle menos dinero
pero también intentaban atraerla hacia su campo aprovechando su carácter
altruista y su deseo de contribuir al bien de común. Precisamente por esto no
se comprometió con ninguna corporación y siguió investigando por su cuenta, lo
que descubriera se pondría al servicio de todos y no al beneficio económico de
unos pocos. Los medios con los que contaba no eran los que hubieran podido proporcionarle
las corporaciones pero tenía la libertad absoluta de orientar su investigación
hacia donde quisiera, se financiaba con fondos públicos, especialmente de
países de economías menos corporativistas y no competitivas, que creían en su
promesa de poner al servicio del mundo sus investigaciones, y con fondos de
personas anónimas que creían también en lo que hacía. A medida que iba
publicando sus resultados las contribuciones fueron aumentando y con los años
dispuso de los medios suficientes para sentar las bases de la bio-robótica. Como
prometió las hizo públicas, pero antes las remitió a esos países que la habían
financiado poniéndoles en la punta de lanza del mundo de la bio-robótica y
dando un espaldarazo a esas economías en el que el valor no era el dinero si no
las personas. Por un tiempo cambió el orden del mundo pero finalmente las
corporaciones terminaron fagocitando y explotando sus investigaciones y la
codicia acabó de nuevo con el sueño de un mundo mas justo. Ese fue su mayor
legado, su sueño de un mundo mas igualitario, su demostración de que otro mundo
era posible, por eso permaneció silenciada durante prácticamente toda su vida
por las corporaciones de comunicación, dependientes de las grandes
corporaciones industriales y económicas,
que veían peligrar sus intereses si sus ideas sobre el mundo
transcendían y cogían popularidad.
Me quedé pensando acerca de todo
lo que había hecho una sola persona y lo intrascendente que era mi existencia
para el mundo. Yo no tendría un legado, tan solo sería una historia más que se
olvidaría tal vez incluso antes de que terminara mi paso por la vida.
Tomé dos decisiones; la primera
hablar con un amigo ingeniero bio-robótico para saber más, saciar en la medida
de lo posible mi curiosidad y tratar de hallar la respuesta a algunas
cuestiones que tras la lectura me rondaban por la cabeza. La segunda, y no
sabía como iba a hacerlo, investigar las circunstancias de la muerta de la
doctora, los medios transmitían una muerte natural pero lo acaecido en aquella
ciudad que ahora me parecía lejana me hacía pensar que pudiera haber más y que
la muerte podía tener alguna relación con el Ciberbog.
Renovado y decidido con un
objetivo en esta vida a punto estuve de llamar a mi amigo ingeniero desde de mi
vid, sin embargo, esta cabeza mía, que a veces funciona mas allá de lo que
puedo controlar, optó por visitarle en persona. La muerte de la doctora había
despertado de nuevo mi paranoico sentimiento de inseguridad. Llamarlo podría
ser un error porque podrían localizarme a través de la llamada, el vid de
comunicaciones solo debía usarlo con mi identidad de incognito. Y aun así… mi
vivienda constaba en cualquier archivo, tal vez debiera buscar otro sitio donde
albergarme. Haber cogido un vuelo anterior probablemente me había dado el
tiempo suficiente para que no me hubieran buscado todavía aquí porque con toda
probabilidad pensaran que no había salido aun de la ciudad.
Sentía el calor de la pelotita
naranja saltando entre mis manos. Que bella era, que bella es.