martes, 1 de diciembre de 2015

Microcuentos para Rita: el devorador de almas

Un rostro siempre amable, la sonrisa perenne y sobre todo aquella mirada tan profunda. Parecía un hombre bueno y sin embargo devoraba almas. Ni el mismo se daba cuenta de lo que hacía, vivía en la ilusión de bondad que todas las personas le transmitían de si mismo y así se comportaba pero en lo más profundo su voracidad era inmensa.
Apareció en su vida el ser más dulce, el ser más maravilloso que había conocido. Un ser que necesitaba ser protegido, que necesitaba ser amado, un ser que portaba una pesada coraza para evitar que nadie volviera a hacerle daño. Pero aquella coraza no pudo protegerlo, él consiguió atravesarla, porque aquel ser necesitaba ternura, cariño, amor,  y una vez dentro su alma fue el festín mas grandioso. Era tan espléndido su sabor, le llenaba tanto, que no solo devoro su alma, lo devoro entero por dentro.
Y se dio cuenta de lo que había hecho con él y lloraría por siempre amargamente. Y gracias a aquel ser se dio cuenta de lo que era y de cuantas almas había devorado pero las lágrimas solo brotaban por aquel ser maravilloso. Y nunca volvió a ser el mismo, su rostro siguió siendo amable, su sonrisa perenne pero su mirada ya siempre sería triste. Las almas eran su alimento y solo aquel ser podría salvarlo de su condena.