martes, 10 de noviembre de 2015

Persianas cerradas
a una primavera que llega en noviembre,
a la calidez de un verano que llega en otoño,
a una luz que se acorta pero que es mas intensa,
a un sol que no quiere ocultarse.
Persianas cerradas para no cegarse.

Y llegas a casa y la casa está oscura,
las persianas cerradas proyectan su noche,
y aquellas bombillas dan luz suficiente
para iluminarte como te iluminas ahora.

Persianas cerradas a ese sol que abrasa,
que quema tu vida,
que destroza por dentro,
que hace que ya estés cansada.

Y la sombra te anima,
la noche es más fácil y reina la calma,
y es mas segura estando encerrada,
entre cuatro paredes que llamas tu casa.
La vida está fuera, la luz está fuera,
el mundo está fuera,
pero vivir dentro es sencillo,
no arriesgas, no juegas,
no ganas.

Persianas cerradas,
una muerte callada,
una vida sin vida,
una vida sin alma,
las persianas cerradas
congelan el tiempo,
no protegen de nada.