Es curioso como en las
personas que me parecen bellas encuentro siempre cosas que me recuerdan a ti.
Empecé a darme cuenta en lo meramente físico pero no hace mucho lo empecé a ver
también en la forma de ser. Tal vez me resulte mas sencillo explicarlo con la
parte física, de repente me encuentro pensando que esa sonrisa tan deslumbrante
se parece a la tuya, o que esos ojos tan bonitos están un poco rasgados como lo
tuyos, o que la nariz, los labios, el pelo o cualquier otra cosa se parecen a
los tuyos. A veces veo como viste una persona y pienso que se parece el estilo.
Y me pasa lo mismo con la manera de ser, cuando una persona se ríe de cosas que
se que te harían gracia, cuando veo que una persona reaccionaría como tú lo
harías, cuando veo que una persona opina cosas desde el mismo punto de vista en
que tú lo harías. Y mil detalles mas, algunos difíciles de explicar y otros que
no quiero que nadie lea salvo tú. Veo la belleza de otras personas y siempre
pienso en la tuya y de alguna extraña manera hasta las personas mas bellas
salen perdiendo en la comparativa.
Supongo que a ti ha
dejado de pasarte pero yo te sigo viendo muchas veces. Ya sabes a lo que me
refiero, recuerdo un día que viste a un chico con unos pantalones cortos verdes
y pensaste que tal vez fuera yo. A mi me sigue pasando y cada vez que me pasa
se me agita el corazón, me pongo nervioso y tengo la necesidad compulsiva de
intentar ver mejor a esa persona para saber si eres o no eres tú. Es cierto que
me pasa mas cuando estoy en tu pueblo pero también me ha pasado a cientos de kilómetros,
en lugares en los que simplemente era imposible que estuvieras.
Supongo que en ambas
cosas, en ver tu belleza en otras personas y en creer verte, tiene mas que ver
el deseo que la realidad. Lo que queremos a veces hace que veamos cosas que no
se corresponden con la realidad. Un día te hablé de la prueba de doble cero. Se
pasan experimentos a otros investigadores que no saben nada de ellos y con los
datos justos para ver si encuentran los mismos resultados. Esto se hace porque
hace tiempo que se sabe que es más probable encontrar un resultado cuando estás
buscando ese resultado. Y esto no solo es así en ciencia, es una característica
humana queremos encontrar lo que
buscamos y lo encontramos incluso por encima de lo que dicen nuestros sentidos,
por encima de lo que dice la realidad. Si lo piensas es algo bello también pero
no deja de ser un autoengaño. Incluso a veces preguntamos a terceras personas
sobre cosas que vemos, que creemos y si no nos dan la respuesta que queremos
incluso llegamos a enfadarnos. La respuestas de otras personas también están condicionadas
por sus vivencias por lo que es difícil saber en quien confiar en cada caso. No
somos experimentos, somos personas y la objetivad se tiñe de la subjetividad
del otro. En cualquier caso la opinión del otro suele ser menos subjetiva que
la nuestra. En cualquier caso la opinión del otro siempre estará condicionada
por lo que le contemos, por nuestra versión de la película y porque si le
estamos contando algo importante será porque confiamos en ella y ella
probablemente condicione también su respuesta al cariño y confianza que nos
tenga. No somos experimentos y tampoco somos científicos. Errar es humano,
errar es bello en cierta manera pero no nos permitimos el error. Algunas
personas mas que otras pero en general queremos ser perfectos, sin mácula y sin embargo
errar también significa que somos humanos. Tenemos que aprender de los errores
y no flagelarnos tanto por ello y creo que a tu y yo nos centramos demasiado
en nuestros errores, queremos ser perfectos y no lo somos.
Otra vez que empiezo a
escribir y termina saliendo lo que le da la gana. He empezado escribir esto porque ayer vi a
una actriz de esas guapísimas que me recordaba mucho a ti. Me fijé mucho en
ella y al final me di cuenta de que en rasgos físicos no se parecía nada a ti,
simplemente en las dos habitaba mi idea de lo que es bello, me idea de la
belleza.