jueves, 18 de mayo de 2017

Pierde el color con el paso de la vida,
envejecido y cubierto de polvo,
la sábana con la que lo cubrí
lo mantuvo intacto durante un tiempo
pero largos son los días
largos también son los años,
frio y lluvia, sol y calor,
se van comiendo la piel que lo adornaba.
Y aparece ahora desnudo y roto,
nostalgicamente bello,
pero menos bello de lo que fue,
de lo que era, de lo que pudo seguir siendo.
Y lo contemplo todos los días,
como lo llevo contemplando
desde aquel doloroso verano,
perdiendo su brillo
sin que fuera capaz de pervivirlo.
Como cuando cada día te miras al espejo
y nada cambia, sigues siendo el mismo,
pero una foto de momentos mas dulces
te hace darte cuenta de que estás equivocado,
mas arrugas en la piel, mas heridas, mas viejo.
Y envejecido está aunque lo cuido
pero hay cosas que no mueren
hasta que lo hacemos nosotros mismos
y cada mañana me levanto soñando
que tal vez algún día le volvamos a dar brillo,
cuatro manos para restaurarlo, para pintarlo,
y con la madurez que dan  los años
sea tal vez menos puro pero mas bello.