lunes, 29 de mayo de 2017

Minas profundas donde encontrar la muerte,
altos hornos donde el calor quema la vida
hierro forjado con el carbón mas negro,
riqueza para unos pocos miseria para la mayoría
herencia que no debemos olvidar nunca.
Sangre de hierro corriendo por nuestras venas,
corazones que se han vuelto talco,
vergüenza de no ser lo que fuimos
de no honrar lo que con su sudor nos regalaron.
Industrias caídas igual que caen los humanos,
barcos que dejaron de zarpar y que nadie recuerda,
paseo por al lado de una ría de titanio
sombras eléctricas de edificios bellos y esbeltos,
pero mas allá, un poco mas adelante,
ruinas, y mas ruinas y grúas que cayeron en desuso,
unos pocos cargaderos siguen funcionando.
Una nueva realidad construida sobre ruinas,
edificios muertos largamente abandonados,
pasado y futuro, si es que hay futuro,
para los que cayeron en el lado equivocado.
Metáfora siniestra de lo que somos ahora,
lo fuimos también pero estábamos únidos,
obnubilados como estamos por el brillo del titanio,
cegados por el cristal que refleja un solo que no es nuestro,
comprados con lo que tenemos,
atemorizados con el miedo a que nos lo quiten.
Individualistas, separados y así perderemos,
una lucha que ni somos conscientes de estar luchando,
así lo quieren, así nos quieren, esclavos.
Pero somos hierro, no lo olvidéis, que no lo olviden,
hasta el hierro oxidado brilla cuando vuelves a pulirlo.