miércoles, 1 de marzo de 2017

Hoy intento demostrar,
para los mas deslenguados,
que no es que no sepa rimar,
que si no hago pareados
y me métrica es cambiante
no es que no halle consonante
como escribía el poeta,
Don Lope Félix de Vega,
al componer un soneto
por orden de Violante.
Y con Vega en asonante
me doy cuenta que este reto
no es del todo sencillo
pero llevo hacia adelante
esta rima delirante
con mas interés que brillo.
Y es que verme encorsetado
por reglas y normativas
y tantas prerrogativas
que limitan lo expresado
me resulta incomprensible,
soy rebelde irremisible
de pocas entendederas
y a través del verso libre,
aunque los versos no vibren,
es como mejor me expreso.
No quiero decir con eso
que mi poesía es buena,
al contrario soy consciente
de lo claro y evidente,
escribo de puta pena,
perdón por lo malsonante,
y ni aun siendo constante
en mi delirio escritor
consigo dar al lector
algún verso interesante.
Y repaso lo expresado
y encuentro que entendederas
se me ha quedado colgado.
Con manos en las caderas
y algo desesperado
miro al cielo cabreado
por haberme olvidado
de rimar este vocablo.
Así que mejor no hablo
de que tengo competencias
en el arte de rimar
pues aun siendo menudencias
una rima en asonante
y un vocablo sin rimar
consiguen tambalear
este alegato constante
de que el arte de rimar
no me es desconocido,
y me hallo la obligación
de darlo por concluido,
con previa genuflexión,
agradezco la atención,
y me voy por donde he venido.