martes, 7 de marzo de 2017

No entendía porque aquellas noches
que pudieron ser de miel, dulces, amables,
fueron noches frías.
No entendía porque no querías que te abrazara,
que durmiera pegado a ti,
que me quedara mirándote al despertarme,
que jugara con tu pelo,
que mis manos acariciaran tu cuerpo,
nunca rechazaste hacer el amor,
casi siempre rechazaste mi cariño,
no lo entendía.
No entendía porque en eso días
que paseábamos juntos, cerca del mar,
en tu pueblo, en el mío,
en cualquier lugar,
esos momentos en que las horas
pasaban volando y el tiempo
se acababa antes siquiera de haber comenzado,
a veces te mostrabas tan fría y distante,
como marcando una distancia
que realmente no existía.
Pero ahora lo entiendo,
lo entiendo,
entiendo que no querías marcar distancias,
que querías mostrarme que no era nada,
que no era nadie, que no me querías,
que era solo algo pasajero,
que no querías implicarte mas.
Pero no puedes negarlo,
aunque nunca me lo dijeras me querías,
no podías evitar mostrar tu cariño a veces,
no podías dejar de abrazarme en ocasiones,
no podías evitar que se te escapara el amor
y yo lo sentía, lo sentía siempre.
No lo entendía, ahora lo entiendo,
no querías mostrarte porque no podías,
te mostrabas frías porque debías serlo,
porque había otras personas,
otra vida a la que te debías.
Ahora lo entiendo, no querías mas
aunque lo quisieras todo.
Eras fría, un tempano de hielo
que se deshacía.
No lo entendía, ahora lo entiendo.
Nada arregla el entenderlo,
no podía ser y no fue
y, lo que es peor, no será nunca,
no arregla nada pero lo entiendo,
no arregla nada pero te sigo queriendo.