martes, 28 de febrero de 2017

Todos los días entro a este espacio,
un espacio donde las luces se fueron apagando,
hasta dejarlo oscuro, inhóspito,
un espacio donde el oxigeno se fue consumiendo
hasta hacer imposible la vida.
Pero entro todos los días y me siento en el suelo,
y toco las paredes para leer los recuerdos
que día tras día se fueron escribiendo,
alegres por un tiempo, mis mejores tiempos,
tristes desde que te perdí para siempre.
Vivo fuera, vivo en otro mundo,
donde la luz y el aire es pura vida,
donde cada día es nuevo,
una nueva oportunidad,
una esperanza.
Pero vuelvo aquí, vuelvo a este espacio,
porque siento que es mi lugar, mi casa,
el sitio donde mas cómodo me siento,
en la oscuridad, sin aire,
aquí encuentro la vida, la verdadera,
aquí encuentro mis sueños, los que soñé siempre,
los que sigo soñando.
Este espacio yermo ya no me traerá nada,
soledad y vacío es lo que me regala,
pero veo que no estaba equivocado,
que se puede soñar,
que la vida en ocasiones te regala
eso que siempre deseaste,
eso que no buscabas pero encontraste.
Y día tras día vuelvo y me olvido del resto,
de la luz, del aire, del sol, de la lluvia,
de las estrellas y de ese mar
que solo tiene sentido contigo.
Pero vivo fuero y seguiré viviendo
y mis sonrisas no se apagarán ni dentro ni fuera,
aunque dentro sean sonrisas tristes,
y mi ánimo no decaerá y seguiré luchando
por aquellas cosas en las que creo,
y miraré a la vida buscando nuevos sueños,
aunque mi único gran sueño se haya quedado dentro,
y seguiré caminado por los bosques de otoño,
bajo la lluvia, pisando las hojas ocres y naranjas,
y caminaré cuando solo haya el barro del invierno
y cobijado bajo el esplendor de la primavera,
y al calor de los veranos.
Mi vida está fuera, aquí solo quedan recuerdos,
mi vida está fuera, pero este espacio
es el templo dónde guardo mi sueño,
lo que fue, lo que es, lo que será,
el sueño mas valioso de mi vida,
un sueño que se hizo realidad un día de primavera
y que se apagó bajo un cálido sol de verano.
Mi vida está fuera sí, pero aquí guardo también mi esperanza.