lunes, 10 de abril de 2017

Viento del norte,  viento frío,
tan frío que quema la piel con sus besos.
Me rodea, vuelo en él,
cada vez mas alto, mas lejos,
con la piel sangrando y el alma congelada,
enamorado por completo de su hielo.
Viento del norte, viento intenso,
tan intenso que me arrastra,
me revuelve por los suelos
y apenas si consigo levantarme,
con la piel sangrando y el alma herida,
me dejo llevar, me transporto,
arrullado por sus brazos.
Viento del norte, caricia de los cielos,
a veces soleados, a veces grises,
y del sol roba el calor
y del gris me trae la lluvia
que me cala hasta los huesos
rompiéndome por dentro,
y me desnudo para que su agua
corra por mi piel, para sentirme vivo.
Parará, parará algún día este viento del norte,
parará aunque no quiero,
parará aunque yo no lo deseo,
parará de envolverme en su dureza,
de traerme un dolor que apenas siento,
porque del viento amo su recuerdo,
parará y volverá la calma,
parará y me dejará flotando
en un vacío sin daño pero eterno.