miércoles, 26 de abril de 2017

Vacío, vacío de palabras, casi vacío de sueños.
Que sencillo era escribir
aquellos días que tus ojos me acompañaban,
que me enseñabas a escribir con tus palabras.
Que sencillo era escribir, también soñar,
cuando al verme sonreías,
cuando al tenerte al lado lo veía todo bello.
Que sencillo era soñar,
en aquel tiempo que estabas a mi lado,
complicado y siempre ilusionante.
Que sencillo era soñar, también escribir,
cuando cada día creábamos historias,
historias bellas, historias duras, historias eternas.
Que complicado es escribir ahora,
cuando creo que ya lo he escrito todo,
cuando nada es nuevo y todo se repite,
cuando ya solo puedo tocar recuerdos.
Que complicado es soñar ahora,
que ya he vivido mi mayor sueño,
único e irrepetible,
el único que sigo soñando aunque sea imposible.
Que complicado es soñar y escribir ahora,
que complicado llenar esté folio en blanco,
esta vida en blanco,
que pocas palabras me vienen a la  cabeza
que pocos sentimientos me alteran,
vacío, vacío de sueños, vacío de palabras,
solo recuerdos.
Recuerdos bellos, los mejores recuerdos,
recuerdos algunos para olvidar
porque el dolor también estuvo presente,
salvo aquellos días en que todo era primavera.
Miel y olor a flores, una melodía suave,
calor, cariño y amor,
manos suaves,
sonrisas profundas,
cuerpos que se funden en dos bocas,
abrazos de momentos eternos.
Que complicado es escribir ahora,
ahora que no te tengo
soñar es casi un imposible.