viernes, 7 de abril de 2017

Blancas las palabras
que al marchitarse
se volvieron negras.
Bellas eran, bellas son.
Murieron, como muere todo,
nada es eterno,
morir es el destino.
Pero de su blanco
dejaron la pureza
que conserva el negro.
Y aun muertas perduran,
escondidas en un libro
cubierto de polvo,
un libro que ya nadie lee,
un libro escondido
entre miles de libros
que cuentan millones de historias.
Las páginas amarillean,
las lágrimas se han secado,
como cicatrices lucen las marcas
que en el papel dejaron.
Papel blanco, palabras blancas,
así se escribieron,
casi imposibles de leer,
tan solo los ojos que las sentían
podían verlas.
Palabras blancas,
que al marchitarse
se volvieron negras,
escritas están,
testigos de parte,
fieles pero subjetivas,
para quien levantando el polvo
encuentre el libro del olvido.