Aquella historia de amor trocó en desamor y con el cambio
mutó también la sonrisa. No perdió la calidez, no perdió la bondad, no perdió el
sentimiento… tan solo perdió su inocencia. Un cambio casi imperceptible por
fuera, el cambio más inmenso por dentro. Nunca volvería a ser la misma en lo
trascendente. Tal vez cometió el mayor error, tal vez lo cometía ahora pensando
que volvería la inocencia si volvieran a intercambiar sonrisas. Tal vez para
ella seguiría siendo siempre inocente. Y lo sería porque la seguía amando.