jueves, 29 de octubre de 2015

Heridas que se desangran
con suturas de momentos felices
incapaces de contener la sangre,
una sangre caliente y espesa
que tiñe de rojo los cielos grises.

Corazones desgarrados
por palabras que destrozan,
por miradas de hielo,
por la ausencia de lo que aman,
cubriendo los grises suelos.

No, no se puedo olvidar.
Nada hará que olvidemos el dolor,
que olvidemos la condena,
el sufrimiento,
la pena.
No, no se puede olvidar
que no se entendiera el amor.

Solo una sonrisa, solo una sonrisa
y se olvidará todo,
solo una sonrisa, tan solo una
y ya no habrá corazones rotos,
ya no habrá heridas,
ni sangre,
ni dolor,
ni cielos grises.

Caminamos por aceras grises,
por grises praderas,
los arboles son grises
y sus sombras negras.

En este mundo gris
se olvida con las sonrisas
y se hiere con las palabras.
Y será así, una y otra vez
hasta que nos desangremos de amor,
de dolor, de pena.
Pero mejor eso que nada,
mejor sufrir y llorar,
mejor eso que olvidar,
mejor eso que perder,
mejor eso que morir en nada.

Apartarnos de ese mundo,
de un mundo donde todo es mentira
aunque todo sea real y cierto,
escapar de él,
huir para siempre,
liberarnos del gris
y abrazar la luz de los cielos
que despejamos con nuestras sonrisas.
Liberarnos para siempre
y ser felices en un mundo nuevo,
un mundo que asusta,
una visión que nos paraliza
pero el único mundo feliz
posible para nosotros,
para mi,
para ti,
juntos o por separado.