lunes, 24 de octubre de 2016

La vida se detuvo,
y en la pausa llegaron las preguntas,
con las preguntas muchas dudas
y pocas respuestas.
Sucede a veces que caminamos sin parar
sin saber a dónde vamos,
simplemente caminamos porque hay que hacerlo,
porque la vida en realidad no para.
Pero no vivimos,
actuamos como autómatas,
sin pensar en lo que hacemos,
y es más fácil.
Es más fácil ignorar esos susurros
que a veces nos gritan sin que los oigamos.
Es más fácil, dejarse llevar por la vida
que guiarla hacia donde queremos.
Es más fácil pero es mas triste,
es más fácil pero no nos llena.
Y a las preguntas no encontramos respuestas
y seguimos caminando
pero esa voz es cada vez mas intensa,
y es mas triste aún
ser consciente en cada paso
que no buscamos un destino,
que simplemente vamos,
porque hay que ir,
porque es allí donde va todo el mundo.
Es mas triste,
porque las preguntas son tus fieles compañeras,
pero siempre es mas difícil llegar a la preguntas
que encontrar las respuestas,
aunque a veces, muchas veces, demasiadas,
las respuestas que encontremos sean erróneas.
Y aun con todo ya hemos dado un paso,
nuestro paso en una dirección diferente,
en la nuestra,
y muchas veces tendremos que volver atrás
pero nunca estaremos ya en el mismo punto.
Y veremos que es más fácil
dejar que el viento sople nuestras velas
llevándonos a la deriva por mares tranquilos,
que poner rumbo a las tormentas para superarlas.
Es más fácil, pero es mas triste.
Y en la gran tristeza de no encontrar respuestas
siempre estará la alegría de al menos haberlas buscado.