martes, 25 de noviembre de 2014

Viviendo en las sombras
la luz es un deseo.
Siempre escondidos, siempre invisibles,
tan traslucidos, tan transparentes,
para que el mundo no pueda vernos.
Quiero dejar de ocultarme,
quiero quitarme esta máscara
y enseñar mi rostro al mundo,
esta máscara de mentira,
esta máscara de miedo.
Y mientras tanto paseo feliz por las sombras,
paseo feliz cuando paseo contigo.
A las sombras no llega el calor del sol
pero me llega el tuyo y ese calor es el que quiero.
Habitaré en las sombras para encontrarte,
aunque sean oscuras, aunque sean frías,
aunque en la noche se encuentren los peligros,
seguiré viviendo en la sombra mientras quieras.
Y en las sombras las flores se marchitan,
sus pétalos pierden los colores vivos,
y pierden su tersura, su esplendor,
para terminar meciéndose por un instante
apoyándose en el aire tratando de evitar su destino,
pero terminaran cayendo
y ocupando su sitio en la tierra
para hacerse uno con ella.
Si tan solo pudieran ser abono,
si tan solo una flor pudiera salir de ellas,
pero no son semilla, son muerte,
y ninguna otra cosa les espera.
En las sombras todo se oculta,
en las sombras todo muere,
tan solo algunos seres pueden vivir en las sombras.
Seres tan oscuros como la sombra que habitan.
Yo quiero sol, yo quiero vida,
quiero secarme contigo cuando la lluvia me cala,
quiero ser flor y crecer a tu lado,
y que crezcas al mío.
Quiero traerte a mi mundo, quiero estar en el tuyo.
No quiero sombras, no quiero máscaras,
me convierte en algo que no soy,
en algo peor, en algo terrible,
pero las sombras te atrapan.
La luz molesta a los ojos que no quieren ver,
a los ojos que quieren huir,
pero sin luz jamás veremos los colores.
Tan solo unas pinceladas,
como aquellas flores que pintaste un día,
-mas deberías pintar- lo que habita en las sombras muere.
Lo que habita en las sombras se envenena con lo que hay en ella
lo que habita en las sombras muere,
pero aun no es demasiado tarde
siempre hay una esperanza,
hasta que la vida deje de ser posible
habrá siempre una esperanza.
Difícil, muy difícil,
tal vez con más peligros y sinsabores que recompensas,
pero siempre hay una esperanza.
Vida solo hay una,
esa frase rebota en mi cabeza,
vida solo hay una,
no puedo desaprovechar el tiempo.
Quitémonos las máscaras y salgamos a luz.
Viviendo en las sombras la luz es tan solo un deseo.