lunes, 17 de noviembre de 2014

Casicuentos de adulto para Rita: De la riqueza y otros deseos

Siempre he querido ser rico pero nunca he hecho nada para conseguirlo. Supongo que en la riqueza vemos la felicidad, ¿estáis seguros de que está ahí?. Vale que si me pongo a pensar que bien estaría yo ahora mismo en la República Dominicana tostándome al sol con un mojito y haciendo crecer mi andorga a pasos agigantados, o en Candem Town comprándome la ropa mas friki que encontrara para ponérmela solo un día o incluso un traje de cuero y una fusta para poder usarla en una orgía, o sobrevolando Nueva York en un helicóptero –que vértigo-. Tendría mi tele de esas planas de 800 pulgadas con todos los canales de pago del mercado y la casa me la limpiaría otro, mi casa por supuesto tendría piscina, climatizada claro que soy muy friolero e incluso un campo de baloncesto cubierto. Iría al futbol, al teatro, tal vez a la opera aunque me parece pelín elitista, comería en los mejores restaurantes y de vez en cuando organizaría grandes fiestas en mi casa, dónde, por supuesto, los hombres tendrían que llevar pajarita y pantalón corto y las mujeres largos vestidos de noche llenos de enormes lazos rosas. Vamos que como rico que soy también puedo permitirme mis excentricidades.
¿Está claro no? La pasta, la italiana no –no seáis burros-, el dinero permite hacer y tener cosas.
En mi vida he tenido muchos planes para hacerme rico. Vale, muchos no, alguno.
Los que me conocéis ya sabéis que mi primer plan fue hacerme rico jugando al baloncesto, vale algo gané y tal vez si no hubiera sido como el espíritu de la golosina, tal vez habría ganado algo más. Del baloncesto lo que me gustaba, y lo que me sigue gustando, es que me divierte y sobre todo esos días, como el sábado pasado, que parece que la magia sale de mis manos. Me hace sentir feliz, sobre todo cuando veo que otras personas disfrutan con mi magia, y cuanto más feliz me siento mas magia sale de mis manos.
También quise hacerme rico con la música. Cantando ya sabéis. Aquí si que resbalé bastante porque con esta voz que tengo y lo mal que entono no se puede pretender hacerse rico aunque otros con menos voz y mucho retoque digital están girando por el mundo. De la música, de cantar, lo que me gustaba y me sigue gustando es los sentimientos que mueve por dentro, a veces tristeza –muchas veces tiendo a la melancolía-, esperanza, alegría… Me gusta como me siento cuando canto, cuando canto de verdad, desde dentro, desde lo profundo, cuando siento lo que canto. ¿Sabéis? Casi siempre que esto pasa estoy solo y no hay nadie que pueda escucharlo.
Escribiendo nunca he pensado en hacerme rico pero viendo cómo viven algunos escritores siempre te da por pensar que tal vez por ahí podría venir la riqueza. Pero escribir es como cantar, es sacar de dentro algo que tienes y hacerlo visible. Vale, que tampoco se tratan de que me lean, incluso me da vergüenza por las cosas tan ridículas que escribo. Pero me hace sentir bien expresar en palabras las cosas que siento.
No se, supongo que habré tenido algún loco plan más para hacerme rico, como ser modelo de manos pero entre la operación del dedo y que no se yo si los modelos de manos llegan a hacerse ricos… estaba destinado al fracaso.
Ya veis, releo lo que escribo y me doy cuenta de que no he tenido planes para hacerme rico, que lo único que he tenido han sido planes para expresar lo que llevo dentro, ya sea con la magia del baloncesto, con esta horrible voz o con cuatro palabras mas ordenadas y tal vez sea eso, y no la riqueza, lo que me hace feliz.
Y pensando en estas cosas me da por pensar en la amistad, en el amor… Ainsss el amor, eso si que es felicidad, ahí si que hay mil maneras de expresar lo que se lleva dentro, en el amor si que existe la magia. Tal vez deba ser tema para otro día.
Pero a lo que iba. Siempre he querido ser rico pero nunca he hecho nada para conseguirlo. Será que no lo deseaba demasiado porque nunca he hecho nada para lograrlo. Es verdad que a veces las cosas llegan porque sí, te lo encuentras sin buscarlo en el camino, pero si de verdad se desea algo, si de verdad se quiere algo hay que poner todos los medios para conseguirlo. No vale con anhelarlo, no vale solo con intentarlo hay que poner todo de nuestra parte para que sea posible. Y aún así muchas veces no lo conseguiremos. Desear es mucho más que tener un sueño es tratar de construirlo.