martes, 18 de noviembre de 2014

Una palabra volando en el viento,
una palabra que no se detiene,
que se me escapa entre los dedos
cada vez que quiero aferrarla con las manos.
Como un huracán enfurecido,
arrasándolo todo a su paso,
dejando un desierto de escombros
dónde a la vida le cuesta agarrarse.
Y no dejo de mirar como la mece el viento,
esperando que un día esté al alcance de mi mano,
para poder acariciarla con una sonrisa.
Y mientras tanto la tristeza me derrota,
me vence el dolor por no tenerla,
mi cuerpo quiere rendirse e hincar la rodilla para siempre,
pero mis ojos, mis ojos nunca dejaran de mirarla.