jueves, 6 de noviembre de 2014

Duermo soñando contigo, despierto en ti,
la luna de Ken Zazpi ilumina mi mañana
en acordes silencios desde mi despertador,
mi fuego nunca se apaga y solo veo una estrella,
llámame bobo lastana, pero creo que es amor.
Sonrío con la canción, me levanto de la cama,
Gari tenía razón, condenado a la esperanza,
voy por la calle bobo perdido,
esa lucecita verde que me anuncia tu llegada,
casi siempre esta apagada, tal vez mañana,
me lo dice el corazón, no la razón, tal vez mañana
y te escribo un egunon y una frase atropellada,
¡Ay Mikel!, así también la quiero yo, txoria, txori,
y que me rodeen un montón de petirrojos,
Itoiz me lo contó un día, soñó con ellos,
al igual que sueño yo, y también a mi habitación
acudieron uno tras otro hasta convertirme en ella.
Pierdo la cabeza, lo se, cuando me escribes lo hago,
la pierdo cuando te miro, y cuando toco tus manos,
Latzen se atrevió a gritar te quiero y yo sigo con un nudo en la garganta.
La esperanza en fuego y llamas, ezetz Aitor,
yo tampoco la perderé nunca y a pesar de que no esté
la seguiré esperando, baladas de amor y metal,
se que llegará, siempre llega, larga la espera, todo llega.
Una palabra otra palabra mil mensajes,
y volvemos a ser felices en las fiestas de cualquier pueblo,
Saturno es demasiado frio, pero terminaremos bailando en algún bar,
¡Joder Francis! un puto genio ¿me has mirado por dentro?
no quiero mi corazón de tango, pero también se que me engaño,
tendré que acudir al doctor de los deseos,
a que cure a este lobo hambriento, Fito tampoco pudo curarse,
las miradas cocacola son demasiado poderosas.
Y al acostarme a la noche la aurora me acompaña
y te ofrezco miles de besos, y cuando tu me los devuelves
no se han escrito canciones que expresen lo que siento.
Nunca querré escribir la confesión de Hertzainak,
siguen siendo los buenos tiempos de siempre,
y en la noche saldré a buscarte, esaiok,
aunque nunca estaré seguro de poder vencer a la vergüenza.
Un maizal me susurra que el invierno se ha ido,
pero en los inviernos rojos solo puedo pensar
en que si estuvieras aquí no haría tantas locuras,
Te encontré sonriente, querías escuchar mis palabras,
hay límites, aunque yo no los quiera, pregúntale a Exkixu,
pero escucha a Benito, loretxoa, soy yo el que te necesito.