jueves, 18 de diciembre de 2014

Gabonetako gutuna

Esto debería empezar con algo así como querido Olentzero, o tal vez queridos Reyes Magos, que en mi casa siempre hemos sido monárquicos y hay tradiciones que es difícil cambiar. Y es bien curioso lo arraigadas que están las tradiciones incluso cuando, como es el caso de mi casa, ninguno somos creyentes, ni católicos. Pero la navidad debe de ser de esas cosas que ilusionan desde niño y que siempre quedan dentro, aunque con los años la ilusión se vaya diluyendo.
Desde muy pequeño supe que los reyes eran los padres, dicen que es bueno que los niños no vivan en ese mundo de ilusión demasiado tiempo, pero yo creo que lo supe demasiado pronto. Por eso apenas tengo recuerdos, por no decir ninguno, de haber escrito carta a los reyes pidiendo juguetes. No diré que me entristezca especialmente pero si que siento esa nostalgia de ser niño.
Curiosamente hace unos pocos años, no más de cuatro o cinco, empecé a escribir mi carta de navidad, supongo que no iba dirigida ni a Olentzero ni a los Reyes y si mas bien al nuevo año. Supongo que, al fin y al cabo, más que una petición era una lista de deseos para el año nuevo, aunque el soñador que llevo dentro, a veces demasiado oculto, sigue creyendo en la magia.
Bueno, lo cierto es que escribir, lo que es escribir sería el tercer año que lo hago -y la primera vez que lo publico-, los anteriores han sido tan solo un momento de recogimiento para pensar en qué es lo importante de la vida y qué me gustaría que la vida me regalara. La verdad es que siempre he sido humilde pidiendo, humilde pero a la vez pidiéndolo todo. Como decía la canción tres cosas hay en la vida, salud, dinero y amor. Mi traducción ha venido siendo mantener la salud, mantener el trabajo y, ainsssss ¡como me cuesta decir esto!, encontrar el amor y las dos primeras siempre lo he deseado para mi y para mi familia. Estas han sido mis peticiones de los últimos años y mas o menos, excetuando el amor y con algún que otro disgusto gordo, se han ido cumpliendo.
Pero este año mi carta de navidad tiene que ser diferente, salud y trabajo para mi y para mi familia es un deseo que se mantiene fuerte en mi. Pero algo ha cambiado. Algo ha cambiado mucho. Allí por mayo de 2014 encontré el amor y en estos meses ese amor se ha ido fortaleciendo hasta convertirse en algo demasiado grande como para que pueda controlar mis sentimientos.
Cuando pedía amor creía que el amor significaba la más absoluta de las felicidades y en cierta manera no me equivocaba. Me siento absolutamente feliz, pero de la manera que lo he encontrado también es un regalo con cierta dosis de veneno, de dolor, de frustraciones, de desesperación. Tal vez haya encontrado uno de esos amores imposibles.
Así que al año nuevo quiero pedirle salud y trabajo para mi y los que me rodean, y para todas las personas del mundo si fuera posible. Pero mi mayor deseo de este año, el que me eriza el bello, el hace que al pensarlo se me ponga un nudo en el estómago, el que me llena de emoción y esperanza, el deseo en el que pienso muchas veces durante todos mis días es, que ese amor imposible durante 2015 sea cada vez menos imposble. Que ese veneno vaya desapareciendo y quede solamente la mas absoluta de las felicidades.

Eso le pido a 2015, a Olentzero o a sus majestades. Hoy, y casi siempre, quiero soñar que existe la magia.

Gabon Zoriontzua eta Urte Berri On