martes, 26 de diciembre de 2017

Aprendí a amar demasiado tarde,
cuando tu amor ya se había extinguido,
cuándo conseguí quemarlo con mi llama,
intensa, fuerte, descontrolada.
No era mi primera vez, ya había amado,
había amado pero sin ser correspondido,
me habían amado, me amaban,
pero era yo el que no correspondía.
Y no sabía, no supe amar cuando todos los astros se alinearon.
Fracasé y lo perdí todo,
el fracaso es siempre un gran maestro,
y tal vez ahora sepa amar mejor,
tal vez pudiera hacerlo ahora casi perfecto,
pero ahora que sé amar no quiero.
Tanto dolor me llevo,
tanto dolor me acompaña que no puedo.
Jamás podré amar a nadie más
porque es a ti a quien quiero,
pero el amor en ti de fue
y al irse se convirtió en maestro.
Una enseñanza que noe servirá de nada
salvo que se dé el milagro de que vuelvas de nuevo,
y no lo harás porque para tí,
aunque yo, e incluso tú llegarás a pensarlo,
yo no era nada.
En un corazón negro y vacío no hay sitio para nada.
Tu lo sabes, lo sigues sientiendo,
yo podría haberlo cambiado,
pero tuviste miedo.
Fuiste mi única maestra y jamás me perdonaste nada,
demasiado dura con quién no sabía nada.
He aprendido del fracaso,
he aprendido para nada.