lunes, 11 de diciembre de 2017

Tan inocente, tan puro como el amor adolescente. ¿Por qué no sonreias? ¿Por qué dejaste de hacerlo? ¿Por qué no flotabas en el aire para dejarte llevar a donde el aire quisiera? ¿Qué te paraba? ¿Cómo podías contenerte? Solo encuentro una respuesta. Dejaste de amarme para crecer y ser adulta, responsable, para sacrificar tu vida a lo que debes hacer y olvidar lo que quieres hacer, lo que era bueno para tí. Y tal vez, solo tal vez, hiciste lo correcto pero tal vez, solo tal vez estuvieras equivocada. Tal vez ser feliz hubiera sido también mejor para esa vida responsable. Me equivoqué mucho pero ahora que sé que solo hay una vida y que puede ser muy corta cometería más errores todavía. Me tragué el orgullo mil veces y ahora me lo tragaría millones, te pedí perdón mil veces, muchas de ellas sin tener ninguna culpa y otras siendo mi única culpa no saber atender a tus caprichos, y ahora pediría perdón millones de veces, lloré por ti mil veces y aún sigo llorando  seguiré llorando. Eso que odiabas tanto de mi, eso que te separó de mi se llama amor, amor a ciegas, amor romántico hasta dar casi asco. No, no creo que lo entiendas, tu cabeza es demasiado cuadriculada pero tú corazón se que podría llegar a entenderlo. Demasiadas heridas para saber lo que es el amor, para entenderlo, demasiados complejos para sentir que podía ser real, demasiado dura para ceder. Yo tenía mi juego, este juego, el juego de darle, tú tuviste el tuyo hasta que te diste cuenta de que no era un juego. Yo dejé de jugar y mi juego de sueños e ilusiones se convirtió en una realidad incontrolable. Nunca más fue un juego, tan solo una eterna declaración de amor de un corazón roto. Cuántas veces te di la razón sabiendo que no la tenías, cuántas veces tragué con tus mentiras, con tus desprecios, cuantas veces mendigue un beso más que merecido. Pero ¿sabes?, ahora que a este corazón roto se une un cuerpo enfermo que hace que la muerte me mire de cerca, volvería a hacer todas esas cosas, las mismas y más, porque si hay sacrificios que merecen la pena. La felicidad es una oportunidad que no puedes dejar pasar cuando te das cuenta de que tal vez puedas morir mañana. Y si muero sabré que lo intenté todo y si muero no me habré dejado nada en el tintero. Si mueres tú ¿Cuál sería la respuesta a la pregunta de qué ha sido tu vida?