lunes, 25 de septiembre de 2017

Días de besos, de abrazos, de buenas palabras,
en cada persona encuentro un consuelo, una sonrisa,
trasmitiendo energía positiva a raudales.
Me sorprendo de lo querido que soy,
de la preocupación de tantas y tantas personas,
y pienso que algo he debido hacer bien,
aunque la sombra de todo lo malo que hice
siempre será muy alargada.
Pedir perdón ahora no me parece suficiente,
y lo pedí y no siempre me fue concedido,
y es justo que así fuera,
no todo se puede perdonar,
no siempre estamos preparados para perdonar,
no siempre el dolor que provocamos es perdonable,
o, al menos, no se lo perdonaríamos a cualquiera.
Una losa que hay que llevar hasta que otra losa nos cubra.
Ya está, aprender para el futuro.
Y ahora a pensar en esos abrazos, en esos besos,
en esas sonrisas y palabras amables,
en recoger toda esa energía de la gente que me quiere.
Ningún abrazo será como aquellos que no tengo
y si no los tengo será que no los merezco.