viernes, 1 de septiembre de 2017

Pasado el primer ciclo de tratamiento y ya en periodo de descanso me encuentro fenomenal físicamente. Efectos secundarios de la quimio he tenido pocos y muy llevables. Se que estoy gravemente enfermo, que mis expectativas de curación son pocas y que probablemente la quimioterapia me acompañe el resto de mis días, de mis años, de mis lustros, de mis décadas. Me siento bien, me siento fuerte, no me siento enfermo pero cada día soy consciente de que lo soy, de que mis días están contados ¿pero no lo están los de todo el mundo? La muerte es algo irremediable, lucharé para que me llegue lo mas tarde posible. Mi esperanza de vida se ha reducido mucho pero quien sabe tal vez me cure aunque sea poco probable, tal vez la ciencia avance y lo que ahora tiene pinta de convertirse en crónico se pueda curar. No pierdo la esperanza, lucharé para seguir vivo y disfrutar de la alegrías y tristezas que da la vida. Si de las tristezas también, la vida merece la pena siempre. Tengo la suerte de haber vivido muchas experiencias, tengo la suerte de haber vivido el amor aunque terminara trayéndome mas dolor que felicidad, tengo la suerte de haber podido ser bastante feliz a pesar de los malos momentos que trae la vida. Todo lo que venga por delante en este tiempo extra es un regalo que pienso disfrutar a tope. Siento que solo tengo una pena, que solo tengo algo que cerrar, algo que tenía que acabar pero que pudo acabar mejor, por desgracia los corazones que se vuelven negros, que se dejan atrapar por otro tipo de cancer mas peligroso como es el odio no les queda ni el mas mínimo cariño como para tener el valor de ofrecer una despedida mas que merecida. Tengo suerte. Vivo en el primer mundo, en el mundo de los que somos ricos y la sanidad que aquí tenemos probablemente me permita seguir vivo muchos años. La mayoría de los 6500 millones de personas que viven en el mundo se morirían con esta enfermedad en pocos meses. Mi cancer puede curarse o al menos cronificarse. Para curar un corazón negro hace falta voluntad, valentía y cariño y me temo que algunos son incurables. Tampoco pierdo la fe, igual que el punto negro se extendió puede haber una curación espontánea. También existe esa remota posibilidad para mi cáncer pero son pocos los casos conocidos en el mundo. Si pudiera elegir, la verdad no se que cual de las dos curaciones preferiría que llegara. La muerte es inevitable, vivir con un corazón negro es como estar muerto en vida.