domingo, 3 de agosto de 2014



En el silencio más absoluto,
en un gélido valle de hielo,
con el viento azotándome en la cara,
y en cada copo de nieve te recuerdo.
Tengo frío y mi sangre se congela,
al escuchar este sonoro silencio
que se mete hasta los huesos
para robarme la vida,
para robarme los sueños.
Siempre he amado el silencio,
siempre he amado la lluvia,
el frío, la nieve, el hielo,
pero ahora me dan miedo.
Y asoma un rayo de sol
escribiéndose en el cielo,
siento su suave caricia,
y el calor de tu sonrisa,
pero no acaba el silencio.
Me golpea en los oídos
destrozándome por dentro.
Y me pego a las paredes
para escuchar los ecos
que dejaron tus susurros
pero ya no escucho nada.
Se que volverá el calor,
se que romperá el silencio
y este abrazo de hielo
y me agarro a esa esperanza
que para nada es segura.
Y así vuelvo a sonreír,
recordando tu sonrisa
y el recuerdo de tu voz
y el sonido de tu aliento
y ya no siento mas frío,
y ya no oigo el silencio.