lunes, 22 de junio de 2015

No, mi cuerpo no es el  de un hombre,
mis brazos no están torneados
y apenas aguantan el peso de mi cuerpo,
mis piernas pueden correr pero ya no eternamente
mi pecho no es fornido, ni mis espaldas anchas.
No estoy bueno, no soy guapo
aunque me esfuerzo en pensar que tengo algo.
No, físicamente no puedo satisfacerte,
no puedo satisfacerte en ningún sentido,
porque no aguanto nada aunque quiera repetir siempre.
No, no puedes sentirte segura a mi lado,
tengo miedo demasiadas veces,
y no siempre me molesto en ocultarlo.
Me cuesta tomar decisiones,
no siempre tengo claro lo que hay que hacer,
no siempre puedo cargar con todo el peso.
No, no soy independiente,
no me gusta afrontar la vida solo.
No, no soy así ni puedo hace nada de eso.

Puedes sentirte a gusto a mi lado,
puedes sentarte a mi lado y que las horas vuelen,
puedo ser agradable, amable e incluso a veces divertido.
Puedes desear que los momentos a mi lado no se acaben.
Puedes crecer a mi lado, superar tus límites,
afrontar tus miedos porque nunca te daré todo hecho.
Puedes vencer tu temor, tu vergüenza,
lo puedes hacer porque yo también los tengo,
tienes que tomar decisiones porque yo nunca me decido,
aunque decidimos siempre.
Puedes sentir mi amor, mi cariño,
puedes disfrutar de cómo los traduzco en tu cuerpo.
Puedes hablar conmigo de tus sentimientos,
puedo contarte los míos porque yo también los tengo.
Puedes compartir tu vida, lo que eres, lo que ocultas
porque siempre estaré para escucharte.
Eso es lo que puedo ofrecerte, inseguridad, miedo,
y demasiados retos.
Eso es lo que puedo ofrecerte, mis oídos, mis palabras,
mi comprensión, mi apoyo, mi compañía.
Mi cariño.
Mi amor.

Si, lo se, podemos ser amigos y lo seremos,
no puedes sentir lo que no sientes,
tu amor -el de nadie-, tu pasión -la de nadie- no está a mi alcance.