miércoles, 16 de julio de 2014



Sin colores, mil colores,
rojo intenso de fragancias agridulces
que se abren camino
hacia el fondo de mi alma.
El espesor de las dunas,
insondables e infinitas
como vidas que no acaban,
que no tienen un final
porque corren paralelas
al abismo de los desequilibrios.
Calcetines rosas
para brindarte una sonrisa,
desnuda mi alma,
desnudo mi cuerpo,
ante ti, no soy nada.
Nunca he estado mas desnudo,
jamás me he sentido tan vestido.
Y los terribles silencios
de las noches eternas
golpean mis pensamientos
para hacerme huir hacia delante.
No se ven las estrellas
en noches nubladas,
esperar la tormenta
para contemplar sus claros,
deseo de locos,
el deseo mas cuerdo.
Hay pocas estrellas
en noches de luna llena.
Volverán a soplar
los vientos del norte,
volverán a abrasarme
con sus lenguas de hielo.
Amo el frío y el calor me asusta.
Cada gota de lluvia,
cada copo de nieve,
descienden del cielo
trayendo recuerdos.
Y contando las grises baldosas
se olvida el camino,
se olvida el destino,
no hay colores,
ni dunas,
 y mis pies ya no tienen frío,
y las noches se pasan
entre miles de estrellas,
y vientos del norte
llenos de recuerdos.
Y contando baldosas
se olvida el camino,
y contando baldosas
se olvida el destino
¿contarás conmigo?