miércoles, 6 de julio de 2011

Busqué en todos los rincones de una urna de cristal para no encontrar nada, seguramente porque nada había que encontrar. Sin descanso, con todo el deseo, con todo el amor y todo el odio, así busqué para no encontrar nada. Busqué con todos mi sentidos pero tal vez no hubiera nada que sentir, tal vez realmente no hubiera nada.
Pero yo creía en ello, sabía que aquella urna ocultaba para mi el mas dulce de sus secretos y busqué con todo el dolor de la frustración, busqué con las lágrimas anegándome los ojos. Busqué una y otra vez, busqué pero no encontré nada.
Cualquiera lo hubiera visto con una sola mirada, no dejaba de ser una urna trasparente, cualquiera con dos dedos de frente, cualquiera que no estuviera cegado pero yo no era esa cualquiera.
Y gasté eternos momentos y gasté muchas de mis fuerzas y gasté parte de mi alma pero no lo encontré, no encontré nada.
Derrotado, hundido, pero sabiendo que aquella urna me oculta sus secretos. Cansado, agotado en extremo aferrándome con las uñas a esas paredes de cristal, así hasta que la evidencia me hunda.
Así me quedaré mientras aguante porque en esa urna está el mayor de los tesoros.