jueves, 29 de mayo de 2014

Llueve, ojala lloviera siempre
para que vengas a protegerme de la lluvia.
Lo sabes, creo que lo sabes,
hubiera bailado en aquella plaza gris,
dejándome empapar por cada gota de vida,
chapoteando en los charcos como el niño
que acaba de descubrir que puede salpicar.
Pero nada hay mejor que cubrirse a tu lado
y ahí es dónde quiero estar
bajo ese paraguas que me ofreces
para caminar contigo hacia lo desconocido
¿Dónde nos llevará el cámino?
¿Tú lo sabes?
¿Acaso importa?
Mientras avance contigo nadie podrá quitarme la sonrisa
aun sabiendo que el camino tiene un final
que espero tardemos en encontrar.
¿Acaso no es así la vida?
Algún día descenderé a tierra de tu nube,
derramándome en una lluvia de lágrimas
y cuando la lluvia me envuelva en nostalgia,
cada vez que me abrace esa lluvia de verano,
volveré a bailar y a chapotear en los charcos
me faltará tu paraguas pero tendré tus recuerdos.
Pero no ha llegado ese momento;
Y solo quiero volver a encontrarme con tus ojos,
volver a escuchar tu voz y tu risa,
volver a sentir tu mano en la mía,
y sobre todo volver a zambullirme en tu sonrisa
y ser feliz, ser feliz simplemente estando contigo.
¿Acaso tú no sientes lo mismo?
Me da pavor romper este maravilloso encantamiento
pero se que algún día intentaré besarte.