A veces escribir es tan solo abrir tu corazón a las palabras,
dejar que los dedos recojan cada letra
y tiñan de color el folio en blanco.
A veces escribir es tan difícil que el blanco impoluto
se pone al mando de todos los sentidos
tiñendo de nieve el pensamiento.
A veces escribir es tan sencillo como mirar al pájaro que canta,
y escuchando la dulce melodía cadenciosa
traducir sus limpios trinos en palabras.
A veces escribir es un camino que no estás seguro adonde llega,
y caminando palabra tras palabra
te va arrastrando a su destino.
A veces escribir es una ola, con continuos vaivenes en la playa,
va y viene refrescando los sentidos
y de pronto, sin mas, desaparece.
A veces escribir es la tormenta que nace de un alma enloquecida,
y arrastra con sus ríos desbordados
hasta el último suspiro de una vida.
A veces escribir es armonioso, a veces escribir es disonancia,
a veces es del todo escandaloso,
a veces es solo una respuesta,
a veces es una palabra que se presta,
y a veces es un sueño escabroso.
A veces escribir es un deseo que se cumple impreso en una letra,
a veces con palabras sin sentido,
a veces rebosante de vacío.
A veces escribir es imposible.
A veces escribir es infinito.
A veces te pierdes escribiendo.
A veces escribir tiene sentido.