martes, 4 de enero de 2011

Hay deseos que solo pueden ser deseos,
hay amores que nunca serán amores.

Envueltos en nubes blancas,
en caricias de amapolas,
en suspiros de colores
y en una llama olvidada.

Escondidos en cristales,
en sonoros pensamientos,
en tormentas de cenizas
y en un torrente de lava.

Codiciosos, irascibles,
amargados, desolados,
destruidos, sepultados,
golpeados y apartados

Solitarios caballeros
en infinitas praderas.
Solitarias damiselas
entre mil muros de piedra.

Pesa el amor, pero cuanto más pesa el deseo.
Pesa el amor, pero cuanto más pesa el pensamiento.

Hay deseos que solo pueden ser deseos,
hay amores que siempre serán amores.