martes, 6 de julio de 2010

Es así, profundo y silencioso.
Sin duda para la traición y
abocado al mayor de los desastres.
Desnudo y descarnado pero
sobre todo solitario.
Sumergido, hundido en si mismo,
sin posibilidad de victoria,
comprendiendo el final
pero sin asumir nunca las consecuencias.
¿Hasta cuando?
Hasta olvidar el deseo,
hasta desear el olvido,
pero sin poder huir,
sin posibilidad de tregua,
sin descansos.
Y es así. Y lo es sin desearlo,
y lo es sin quererlo,
sin buscarlo,
sin pensarlo.
Y lo es a pesar de la lógica
Y lo es a pesar de la razón.
Y lo es a pesar de todo
Y lo es todo a pesar de nada.
Y es nada porque sencillamente
es imposible que sea.


Por encima de la prudencia,
tan por encima del descaro,
tan abiertamente que la sospecha misma es sospechosa.
Nadie puede juzgar
porque nada se oculta
aunque se oculte todo.
Tan trasparente que la luz
no puede penetrarlo
y se convierte en un reflejo irreal
de algo que no existe
porque no puede existir.
Imposible en si mismo
posible sin duda.
Tan luminoso como la noche más oscura
Tan cierto como la mayor de las mentiras
Y sobre todo presente ante los ojos de todos
pero no ante los nuestros.