sábado, 10 de julio de 2010

Como el color en un mundo oscuro, como la sombra cuando el sol derrite el alma, como el acido sabor de una fruta fresca en una boca llena de ceniza…

Como la insondable mirada de ojos infinitos, como el tacto de unas manos trabajando el barro, como el olor de una vida que se acaba…

Como el vino corriendo por mis venas, como el sueño que se acaba al acabar la noche, como la risa que no se acaba nunca…

Así nace, buscando el dolor en lo sencillo, huyendo de un mundo que no es suyo, gritando a ese mundo que la escuchen.