jueves, 24 de noviembre de 2011

Pocos son los muros que quedan levantados, pocos son los muros que cubren los esqueletos de aquellos que otrora fueron los pujantes templos de tiempos mejores. Ahora puedes mirar a través de ellos y ver que no eran nada aunque lo creían ser todo y, a pesar de todo ahí siguen, en pie, cuando hasta la última esperanza se ha agotado y la vegetación ha crecido ya entre sus grietas.
Ahí están, resistiendo al viento, orgullosos de si mismos, de lo que son, de lo que fueron, sin esperar días mejores, entregándose tan solo tiempo, saben que caerán pero también saben que no será pronto.
¿Qué paso para llegar a esto? ¿cuándo calló el primer muro? Tal vez fuera una bomba que lo destruyó todo en un segundo o tal vez se fueron derrumbando piedra a piedra.¿Acaso importa ahora?, ¿acaso le importó alguna vez a alguien?
Con sus cimientos hundidos en la tierra, unos pies que nunca serán de barro a pesar de que las lluvias de los siglos inunden hasta las almas. Unos cimientos que aguantaran para siempre hasta que alguien decida destruirlos y cuando lo hagan ya no importará, tal vez ya no importe ahora.
Y cada día cae una piedra mas y cada día hay un muro menos, sin piel pero con el corazón latiendo, sin memoria viva pero hasta el mas insignificante de los restos impregnados de memoria.
Quiero volver a pasear entre sus calles, ahora melancólicas avenidas del olvido, quiero volver a cubrirme bajo los voladizos de sus tejados en un día lluvia y buscar su sombra cuando el sol aprieta, quiero sentir su abrazo, quiero que recobren su vida, su aliento… Quiero. Pero no puedo. Esos caminos ya los han recorrido otros y ahora están cerrados para siempre.
Grandes estructuras de hormigón y almas, protagonistas de una pasado no tan lejano, testigos mudos de un cambiante presente, oráculos de un futuro que nos espera cuando doblemos la esquina.

viernes, 18 de noviembre de 2011

¿Saben ustedes que hay un mundo dónde habitan seres invisibles? Puedes pasar al lado de ellos, incluso rozarlos, y serás incapaz de verlos.

La verdad es que en la imaginación de la infancia ser invisible eran todo ventajas, joe poderse colar en el cine, o en el circo, o en el futbol, o dónde quisieras porque nadie es capaz de verte. Yo siempre he querido ser invisible, y como de pequeño leí muchos cómics usaría mis poderes para hacer el bien. El poderoso hombre invisible sería, lo malo que no podría salir en las portadas de los periódicos. ¿Cómo que por qué? pues porque soy invisible y no podría salir en la foto. Vaya, bueno en realidad no me importa porque casi mejor no ser famoso y poder llevar una vida discreta.
Anda mira, ¿y si te viene un ser invisible y te habla? joe, pues vaya susto, seguro que la gente sale corriendo. Pues vaya, yo quiero que me hablen y que no huyan de mi, sobre todo esa chica tan guapa con la que me cruzo por la calle todos los días.
Ummmmmmmm ¡como me apetece un pastel! No se si os he dicho que aparte de invisible soy muy goloso pero claro no tengo dinero, y es que esto de hacer de superhéroe anónimo es mas bien poco lucrativo. ¡Vaya! no tengo ni un euro no podré comer ese pastelito. Igual tengo que buscar un trabajo porque de invisible que soy me voy a morir de hambre. Oye, que he enviado varios curriculums y me han llamado para la entrevista pero cuando he llegado nadie me ha visto y cuando me he puesto a gritar ¡ehhhhhh que estoy aquí! todo el mundo ha salido corriendo. No se cuanto tiempo podré sobrevivir sin trabajo, claro como soy invisible me podría dedicar a robar pero tengan en cuenta ustedes que mis superpoderes solo los uso para el bien. O ¿qué se creen? ¿qué todos los seres invisibles somos unos ladrones?
Joe pues va a ser que esto de ser invisible no tiene tantas ventajas, si se pudiera ser invisible un rato si y otro no, pues todavía pero si no es un rollo. Pobre seres invisibles de ese extraño planeta.

-¡Escucha Xarle!
-¿Quién me habla?
- No salgas corriendo, que soy un ser invisible y por lo menos en tu cabeza estás dispuesto a aceptar que existan y que no te asusten
-Jejejeje pues tienes razón en eso. Y ¿qué quieres? ¿puedo hacer algo por ti? Ser invisible tiene que ser una vida dura
-Si, supongo que lo es pero ¿sabes lo que es lo peor?
-Pues no, cuéntamelo
-Que la mayoría de la gente, incluso la que sabéis que nosotros existimos, creéis que habitamos en otro mundo. Pero vivimos en el vuestro, compartimos vuestras calles, vuestros parques, vuestro día y vuestra noche.
-¿No me digas? No tenía ni idea
-Es mas, ni tan siquiera somos invisibles…
-¿Entonces porque no podemos veros?
-Porque nos habéis convertido en invisibles

¿Saben ustedes que hay un mundo en el que habitan seres invisibles? ¿Saben ustedes que ese mundo es el suyo? Abran bien los ojos y podrán verlos, ser invisible es aun peor de lo que parece.

lunes, 7 de noviembre de 2011

No hay nada mas, nada. Eras tan solo una excepción en aquel cajón lleno de caras falsas. Cada vez que encontraba una sonrisa se iluminaba una esperanza pero nada, no hay nada más. Rostros sin palabras, cuerpos sin alma y algún que otro verso sin rima que no es capaz de encender mi pasión.
Nada, no hay nada más. Seguiré buscando porque has dejado un vacío en un lugar que ni tan siquiera sabía que existía. Pero ahí está, llorando en lágrimas cargadas de la sal de un mar demasiado lejano.
Tu ahí, tan lejos, yo aquí, demasiado cerca de mis pensamientos, demasiado cerca de las sonrisas; demasiado cerca, y echándote terriblemente de menos.
No sabes como lamento no poder haber conseguido que sintieras lo que yo sentía. No sabes como lamento no haberte podido devolver la felicidad que me diste. No sabes como lo lamento; pero supongo que nadie manda en los sentimientos y menos aun en los de otros.
Y en cuanto termine de escribir estas palabras me sumergiré de nuevo en la búsqueda en ese cajón de caras para encontrar de nuevo una sonrisa que se desvanezca al llegar la noche.
No hay nada mas, nada. Y ahora eres la excepción que abandona mi universo.